En las lenguas romances hispánicas se decía más bien “carnestolendas”, esto es, prescindir de la carne. “Carnaval” es, más popularmente, “adiós a la carne”. Es, por tanto, un rito religioso. La carne, en latín, es tanto la de comer (gula) como la de tocarse (lujuria). Los dos sentidos se aplicaban al unísono en el antiguo rito de las carnestolendas. Puede incluso que primara el sentido lujurioso. Así pues, abstinencia durante 40 días. Para despedirse, los bailes de disfraces y chirigotas. Ha quedado solo la forma, desprendida de su sentido religioso. Es una ocasión para divertirse de manera gregaria y ruidosa.
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