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Amando de Miguel

El error os hará libres

¿La "innovación" consiste en poner la inicial con minúscula? En ese caso se podría traducir mejor por "Idiocia", que podría ser una especie de acróstico. I+D+i: Idiocia.

Alejandro Romero Roche detecta un error mío de consideración. El tipo de John Due de Frank Capra no era James Stewart sino Gary Cooper. Su oponente era Barbara Stamwyck. El error tiene su explicación. Confundí esa película con otra del mismo género, igualmente maravillosa, también de Frank Capra, Mr. Smith goes to Washington, en español, Caballero sin espada, interpretada por James Stewart y Jean Arthur. La idea de las dos es muy parecida, la ingenuidad, la bondad del hombre medio americano frente a los políticos corruptos. Era una expresión de la ideología del New Deal de F. D. Roosevelt.

Fernando Herreros Salcedo y otros muchos me corrigen: I+D+i quiere decir Investigación, Desarrollo e Innovación. Yo puse "Imaginación". Ya no me acuerdo si fue un error, aunque creo que quise hacer una gracieta a costa de esa cursilada que es I+D+i. ¿La "innovación" consiste en poner la inicial con minúscula? En ese caso se podría traducir mejor por "Idiocia", que podría ser una especie de acróstico. I+D+i: Idiocia. No conozco Literatura más plúmbea, menos imaginativa, que la que se ampara bajo las siglas de marras. Se suele imprimir en papel de mucho gramaje. No falla; hay subvención.

Decía yo aquí que "Navidad es un apócope de Natividad". Josefina de Silva me corrige: No es apócope sino síncopa (eliminar algún sonido dentro de un vocablo). Apócope es esa supresión de algún sonido al final del vocablo, como en "cole" en lugar de "colegio". Tiene toda la razón doña Josefina. No será la primera vez, ni la última, en que me hago un lío con las etiquetas que ponen los gramáticos a las cosas. Para mí es un complejo de Linneo, que consistió en poner nombres latinos a las plantas para que así los campesinos quedaran cono ignaros. Reconozco que soy un campesino del idioma. O más bien un pegujalero.

Otra corrección sobre la Navidad, ésta de mayor sustancia. Alfonso Guerrero de Mier documenta que la Iglesia Ortodoxa de Rusia sí celebra la Navidad el 25 de diciembre. Ahora bien, como los rusos aún no han aceptado el calendario gregoriano, resulta que ese día coincide con el 6 de enero del calendario gregoriano, que es de la mayor parte del mundo. Añado que ese misma paradoja es la que explica que la "revolución de octubre" rusa sucediera a principios de noviembre.

Francisco García de Gadiano (Madrid) se queja de lo inapropiado que resulta el nombre de unos pastelitos que él toma regularmente en el bar donde desayuna. Se llaman "antojos de Dulcinea". Don Francisco razona en que Dulcinea es un personaje de ficción, a quien ni siquiera conoció don Quijote en la obra de Cervantes. Pues a mí me resulta muy simpático eso de los "antojos de Dulcinea". ¿No decimos "tocino de cielo" para un postre tradicional? Es tan rico que los musulmanes españoles imaginaban que era como el tocino que existía en el Cielo, donde no estaría prohibido. Claro es que "antojos", como dice don Francisco, son los caprichos de la mujer embarazada, pero nada sabemos si Dulcinea estuvo alguna vez en estado de buena esperanza. No me parece mal que un dulce se llame "antojo" para indicar que es una golosina, un capricho. No está en los diccionarios, pero podría estar.

María J. Argüelles (Gijón, Asturias) se queja del error tan corriente de emplear el tiempo infinitivo como imperativo. Así, ha recibido un crisma de una empresa de renombre con esta frase: "Por favor, empeñaros en ser felices". Supongo que doña María hubiese preferido la forma "empeñaos". Eso es lo que dicen los gramáticos, pero el infinitivo como imperativo está en la calle y no hay quien lo pare. A mí no me molesta. La razón para esa alternativa es que la forma imperativa estricta resulta demasiado cortante y autoritaria.

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