Menú
Amando de Miguel

El español vivo

Reconozco que en esta seccioncilla me paso de purista. Nada menos que me atrevo a decir lo que está bien o mal cuando utilizamos la lengua en la que el pueblo suele hablar a su vecino. Pero el idioma es cambiante. Los errores de hoy son la norma mañana. La cuestión está en aceptar la legitimidad de los que se adelantan al cambio. Por ejemplo, en las noticias de la radio oigo que Ana Palacio dice “espúreo” (en lugar de espurio como quiere el diccionario y la lógica). A continuación, introducen una cuña de Chaves, el de Andalucía, quien, con su característica lengua de trapo, dice “preveer”. Es un verbo inexistente en castellano, pero puede inventarse. ¿No existe “proveer”? Así que me arrepiento de mis exquisiteces léxicas. A partir de ahora, hay que preveer que lo espúreo no nos amilane. Tengo que recordar aquella estupenda frase que Ortega y Gasset dejó prendida en una de sus últimas conferencias. Vino a decir: “Los lingüistas, acaso son, después de los aviadores, los hombres menos dispuestos a asustarse de cosa alguna”. Bueno, los lingüistas aficionados todavía se asustan menos. Estoy dispuesto a creer que en la próxima edición del diccionario, se admitirán las voces dichas, espúreo y preveer.

0
comentarios