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Amando de Miguel

El inglés, lengua común

El inglés se nos cuela hoy por las películas, el deporte, los manuales de instrucciones, la internet. Puede que hablemos inglés sin saberlo. Por lo mismo, hay muchas palabras inglesas que proceden del latín.

De sobra es conocida la influencia del ubicuo inglés sobre el español (y las otras lenguas de comunicación). No hay que hacer muchos ascos a ese predominio del inglés, pero conviene saber el alcance de esos anglicismos. Por ejemplo, lo de "primero de todo" es claramente una traducción innecesaria del inglés. Basta decir "primeramente". El inglés se nos cuela hoy por las películas, el deporte, los manuales de instrucciones, la internet. Puede que hablemos inglés sin saberlo. Por lo mismo, hay muchas palabras inglesas que proceden del latín. Después de todo, Inglaterra formó parte en su día del Imperio Romano. Durante algunos siglos las clases altas inglesas hablaron latín y luego francés.

Chema Gutiérrez Vázquez (Caracas, Venezuela) me acompaña algunos anglicismos venezolanos muy ingeniosos. Por ejemplo, "guachimán" (de watchman, vigilante), "guaya" (de wire, alambre). Añado que no siempre es tan fácil la adaptación. Al menos en España, el week end (= fin de semana) no ha cuajado en "güiquén"¸se prefiere decir "finde". En cambio, sí se acepta el "güisqui" como adaptación de whisky. No sé por qué no se quedó simplemente en "üisqui". Claro que whisky o whiskey son adaptaciones gaélicas para la expresión latina aqua vitae (= agua de la vida o espíritu). En distintos idiomas se entendió que la destilación del alcohol tenía algo que ver con la magia. Todavía en inglés los licores son spirits.

Agustín Fuentes se asombra del uso repetido que se da ahora al verbo inglés to cascade (= fluir, descender impetuosamente algo con la fuerza de una cascada). Duda don Agustín de que ese verbo sea legítimo. Pero lo es. Precisamente procede de la ingeniería eléctrica, en la que mi corresponsal es tan ducho. No hay por qué extrañarse de que ese verbo, también en castellano, se adapte al descenso de la información por los escalones de un organigrama. ¿Habrá que decir "cascadear", como sugiere irónicamente don Agustín? Después de todo, el organigrama es una estructura vertical. Es muy expresivo ese fluir de la información en cascada desde la cúspide a los últimos estratos. De momento, la RAE admite lo de "reacción en cadena" para indicar el movimiento inducido de algo de forma continua o escalonada. Nada impide que se acepte algún día la acción de "cascadear". Por ejemplo, es el movimiento de información que se logra a través de las redes informáticas. Lo malo es que, en español, la voz "cascada" puede tener también un sentido obsceno. No está mal traído. Pero ahí está gracia de la polisemia. Originariamente, la "cascada" supone que algo se precipita impetuosamente.

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