La internet, el euro, las matrículas de los coches, todo eso nos familiariza con la letra E, de Europa y de España. No fue la primera letra que apareció en la Historia, pues los primitivos alfabetos registraban más bien las consonantes. El símbolo de la E, seguramente con algún propósito mágico, figura entre los primeros símbolos que trazó el hombre. No era una vocal sino la representación simbólica de algo. Podía ser un rastrillo, una puerta, la cornamenta de un animal, una empalizada; vaya usted a saber. A veces se escribía de forma especular ($) como hace la revista Época.
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