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Amando de Miguel

El modelo de competición

El deporte, y singularmente el fútbol, nos ha acostumbrado a la presión por llegar al número uno. Ya el número dos se considera desventurado. Es una obsesión artificial pero real. La competitividad se mantiene porque genera espectáculo. Sucede en una liga de fútbol, pero también en unas elecciones, en la Bolsa de comercio (ahora “los mercados”). Se supone que, al competir dos, uno gana y otro pierde. Pero en la vida las cosas son más complejas y menos tensas. Pueden competir varios, de tal manera, que nadie realmente pierda. Véase los que suben al Everest. Todos son ganadores: “suma positivo”.

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