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Amando de Miguel

Elogio de la ignorancia

La falta de libertad en el siglo XVI y XVII era relativa. La ciencia y la cultura europeas se desarrollaron en la Edad Moderna con censuras e inquisiciones mil, pero el grado de libertad que podía haber entonces era muy superior a la de épocas pasadas.

Julio Sánchez (catedrático de Historia, Universidad de Salamanca) arremete contra mi afirmación de que el portentoso desarrollo económico de China no es tanto como parece, pues le falta creación científica y cultural. La razón que yo doy es que en China no hay libertad. Don Julio sostiene que tampoco había libertad en la España del Siglo de Oro, y en esa época se produjeron notables obras de cultura. Redarguyo que la falta de libertad en el siglo XVI y XVII era relativa. La ciencia y la cultura europeas se desarrollaron en la Edad Moderna con censuras e inquisiciones mil, pero el grado de libertad que podía haber entonces era muy superior a la de épocas pasadas. Por ejemplo, había una separación entre el "trono y el altar", que fue una conquista del espíritu cristiano durante la Edad Media. Había un principio de representación parlamentaria, aunque muy imperfecto si lo comparamos con la evolución posterior, después de la Revolución Francesa y la Americana. Pero la China actual es un Estado totalitario, donde la falta de libertad es agobiante, si tenemos en cuenta que estamos en el siglo XXI. Reitero mi impresión de que el desarrollo económico de China (basado en la práctica esclavitud de millones de personas) destaca por la ausencia de creación científica y cultural, la que distingue sobremanera a Europa.

Se queja don Julio de que yo haya tachado de "ignorancia" sus argumentos. Perdón si le he molestado. La ignorancia no es mala del todo. Yo soy perfectamente ignorante en muchos asuntos históricos, de los que, sin duda, es maestro don Julio. Pero puedo opinar sobre ellos. Lo que se debe recriminar no es la ignorancia sino la "nesciencia", es decir, el no saber lo que uno debe saber. Por ejemplo, en mi caso sería nesciente no saber la regla de tres o el análisis multivariable de encuesta. Son cosas que he estudiado y que debo enseñar. Pero puedo opinar sobre otras muchas de las que soy más o menos ignorante. Ahí está la gracia de una seccioncilla como esta, en la que los profanos discutimos con los profesionales sobre materias relacionadas con la lengua o la política. Hace un siglo Santiago Ramón y Cajal asistía todas las tardes a la tertulia del Café Suizo (al lado de la Academia de San Fernando en la calle Alcalá de Madrid). Una de las normas de la tertulia era que se debía opinar sobre cuestiones que NO eran parte de la especialidad del interviniente. Me parece una norma estupenda. Así que, don Julio, déjeme que eche mi cuarto a espadas sobre el Siglo de Oro o sobre China, y usted critique el análisis de encuesta. Eso es precisamente lo que permite una atmósfera de libertad. Y por favor, no se me enfade, cuando hablo de "ignorancia". Es lo propio de un catedrático de cualquier disciplina, por lo menos de la mía.

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