Víctor Pérez Velasco ("Ciudadano Pérez" en sus escritos satíricos) me precisa que su oriundez por parte de padre es de Valsaín, no Balsaín. Se llama así por ser el valle del santo. No debe confundirse con Beasaín. Ya, de paso, me envía un divertido poema que trascribo sin más:
Hay un blog muy importante
Circo de intelectual jolgorio,
Del que forma grupo y parte
José Mari Navia Osorio.
De la castellana lengua
El blog es ambulatorio,
Y cual sagaz cirujano
Ahí está don Navia Osorio.
Lo coordina don Amando,
sujeto sabio y notorio,
más quien pone punto y coma,
siempre es el gran Osorio.
Tengo yo un sueño ancestral,
Sueño que suena a ilusorio,
Y es que Amando de Miguel
Me prefiera a Navia Osorio
Yo que soy un envidioso,
No me pienso retractar,
Y a este ser tan prodigioso
No le dejo de envidiar.
Por eso desde la envidia,
que no oculto es mi envoltorio,
pido que Amando me "use",
como lo hace del Osorio.
Aquí acabo mis lamentos,
Cuitas son de locutorio,
Amando, a mí no me citas,
Apuestas por Navia Osorio.
Agustín Fuentes me envía un largo poema satírico. Bien valdrá su reproducción para animar al vecindario libertario:
DÉJAME DORMIR, MAMÁ
Hijo mío, por favor,
de tu blando lecho salta.
Déjame dormir, mamá,
que no hace ninguna falta.
Hijo mío, por favor,
levántate y desayuna.
Déjame dormir, mamá,
que no hace falta ninguna.
Hijo mío, por favor,
que traigo el café con leche.
Mamá, deja que en las sábanas
un rato más aproveche.
Hijo mío, por favor,
que España entera se afana.
¡Que no! ¡Que no me levanto
porque no me da la gana!
Hijo mío, por favor,
que el sol está ya en lo alto.
Déjame dormir, mamá,
no pasa nada si falto.
Hijo mío, por favor,
que es la hora del almuerzo.
Déjame, que levantarme
me supone mucho esfuerzo.
Hijo mío, por favor,
van a llamarte haragán.
Déjame, mamá, que nunca
me ha importado el qué dirán..
Hijo mío, por favor,
¿y si tu jefe se enfada?
Que no, mamá, déjame,
que no me va pasar nada.
Hijo mío, por favor,
que ya has dormido en exceso.
Déjame, mamá, que soy
diputado del Congreso
y si falto a las sesiones
ni se advierte ni se nota.
Solamente necesito
acudir cuando se vota,
que los diputados somos
ovejitas de un rebaño
para votar lo que digan
y dormir en el escaño.
En serio, mamita mía,
yo no sé por qué te inquietas
si por ser culiparlante
cobro mi sueldo y mis dietas.
Lo único que preciso,
de verdad, mamá, no insistas,
es conseguir otra vez
que me pongan en las listas.
Hacer la pelota al líder,
ser sumiso, ser amable
Y aplaudirle, por supuesto,
cuando en la tribuna hable.
Y es que ser parlamentario
fatiga mucho y amuerma.
Por eso estoy tan molido.
¡Déjame, mamá, que duerma!
Bueno, te dejo, hijo mío.
Perdóname, lo lamento.
¡Yo no sabía el estrés
que produce el Parlamento!
José García define así la marcha de la crisis: "recesión es cuando el vecino pierde su trabajo; depresión es cuando pierdes el tuyo. Recuperación es cuando Rodríguez Zapatero pierde el suyo". ¡Cuán largo me lo fiáis!
José Escuder me cuenta la historia de que Franco quería que su hija Carmencita se casara con Tom Jones. De esa forma el nieto podría haberse llamado Paco Jones Franco.
Kasper Steenholt (Dinamarca) recoge la historia de una divertida errata del BOE. Se nombraba para la Dirección General del "Castrato" a un tal señor Capón.
Miguel A. Taboada es el gran proveedor de chistes para esta seccioncilla en los que se advierte que la gracia está en la polisemia. Éste es el penúltimo: una mamá prepara el jugo de frutas para su bebé, pero se le olvida añadirle azúcar. El niño protesta: "mamá ugo chave malo". La mamá le contesta: "sí, mi amor, ese Hugo Chávez es un hijoputa".
José Antonio Martínez Pons asegura que escribe indistintamente en español y en mallorquín, y se siente "español de Mallorca (en absoluto catalán de Mallorca, pese a que culturalmente me siento más próximo a la cultura catalana que a la andaluza, y eso que mi abuelo Martínez había nacido en Cádiz, hijo de asturiano y de aragonesa) y, desde luego, soy contrario a cualquier forma de separatismo". Se agradece esa confesión biográfica. Eso es España. Ya de paso, para desengrasar, don José Antonio me cuenta que, en un mercadillo de Vallecas (Madrid), en uno de los puestos tenían manzanas de dos tipos al mismo precio. "No vea lo que me costó convencer al paisano que las vendía de que me diera un peso mezclando ambas clases de fruta". Eso también es España.
Miguel A. Taboada me envía un chascarrillo muy consolador para celebrar su cumpleaños: "plata en los cabellos, oro en los dientes, piedras en los riñones, azúcar en la sangre, plomo en los pies, hierro en las articulaciones y una fuente inagotable de gas natural. Nunca pensamos poder llegar a tener tanta riqueza". ¿Ven lo elegantes que pueden ser las metonimas?