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Amando de Miguel

Errores y desvíos de la norma lingüística

Doña Carmen se queja de que muchos libros traducidos y editados en castellano por casas catalanas adolezcan de algunos vicios del lenguaje. Es natural, añado yo, visto el deterioro de la enseñanza del castellano en Cataluña durante la última generación.

Teodoro Bariuso Martínez señala un titular de LD que él considera erróneo: "El voto de calidad de Borrell decanta la aprobación del uso de las lenguas cooficiales en el Parlamento Europeo". Supongo que a don Teodoro le extraña ese verbo decantarse, pero a mí no me parece mal traído en la frase dicha. Originariamente, decantar es la operación para limpiar o purificar un líquido separando, por gravedad, las partes más densas o ralas. En el uso corriente, decantar significa "inclinar" o "influir" un resultado en una u otra dirección, por ejemplo, una votación. Así pues, el voto de calidad de un presidente puede decantar el resultado de una votación que, de otra manera, llegaría a un empate. Supongo que eso es lo que sucedió en el Parlamento Europeo en el caso citado.

Don Teodoro me pide que haga llegar su queja "a los colegas de la sección de corrección de errores [de LD] y al encargado de mantener operativa esa sección". Creo que por esta vez no hay lugar a corrección alguna. En el bien entendido de que mi apreciación es de aficionado que toca al oído.

Carmen Picazo avisa del error común llamado queísmo, la supresión de la partícula de cuando se exige un de que. Cita el ejemplo de "Telefónica le informa de que…". Sin duda, está bien dicho. Voy a poner una lista de expresiones en las que se exige el de que. Está sacada del Diccionario panhispánico:

  • Olvidarse de que
  • Acordarse de que
  • Convencerle de que, estar convencido de que
  • La condición de que
  • Tener ganas de que
  • Estar seguro de que
  • A pesar de que
  • Hasta el punto de que
  • Caber duda de que
  • Caer en la cuenta de que
  • Informar de que

De todas formas, en los países americanos es corriente oír "informar que". Así pues, el "informar de que" es un rasgo minoritario del español de España. Con todo, debe reconocerse que el español de España representa algo más de lo que indica su peso numérico en el concierto del mundo hispanoparlante. También hay un derecho de primacía histórica.

Doña Carmen se queja de que muchos libros traducidos y editados en castellano por casas catalanas adolezcan de algunos vicios del lenguaje. Es natural, añado yo, visto el deterioro de la enseñanza del castellano en Cataluña durante la última generación.

José Luis Mullor asegura que, como científico que es, nunca ha oído lo de intérvalo; siempre se ha dicho intervalo, voz llana. Cierto es que la forma grave es la correcta para indicar la distancia entre dos puntos del espacio o del tiempo. La voz verdaderamente castiza debería ser entrevalo y así se recoge en el Tesoro de Covarrubias. Así pues, intervalo es un cultismo. Quizá por eso el vulgo dice a veces intérvalo. Está mal dicho, pero se oye. Por lo mismo, la voz correcta es estadio, que era en Grecia a la distancia de 125 pasos, medida que se tomó para el lugar de ciertos juegos deportivos. Puede que todavía hoy persista esa medida en algunas canchas deportivas. Don José Luis se pregunta si es correcta la variación estadío. No es correcta, pero la utilizan mucho los médicos para indicar cada una de las fases de un proceso morboso.

José Manuel Monzón Serrano (Rivas-Vaciamadrid, Madrid) explica escuetamente: "La palabra intérvalo no está en el Diccionario". Así es, pero está en el uso, bien que excepcionalmente.

José de Mesa asegura que el vulgo dice nemátodo cuando la voz científica correcta es nematodo (= gusano). En este caso los científicos tienen razón. En griego nema es "hilo" y nematodes equivale a filiforme.

No tiene gran trascendencia el hecho de que haya palabras cuya pronunciación difiera según las diga el vulgo o los profesionales. Es un caso más de la natural vacilación que acompaña al idioma.

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