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Amando de Miguel

Estados de ánimo

La lengua española es torpe para componer abstractos. Los que hay son cultismos latinos o adaptaciones de lenguas extranjeras. Suenan raros. Como compensación, el español es rico para representar estados de ánimo, a veces con expresiones riquísimas. Suelen ser intraducibles. Por ejemplo, “respirar por la herida”, que sirve para acusar al otro del pecado nacional: el resentimiento. O “tirar la casa por la ventana”, otra acción inverosímil. Intenta contrarrestar el vicio contrario de la codicia. O “ensimismarse”, lo contrario de lo que se practica con tanta naturalidad, que es andar alterado, desviviéndose. Son expresiones para practicar el arte del estímulo.

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