Menú
Amando de Miguel

Eutrapelias o el elogio de la ambigüedad

¿Sabe usted la importancia que tiene el period (= punto gramatical, periodo o regla de la menstruación). Responde el alumno: –Sí, una vez mi hermana perdió el periodo, mi madre se desmayó, mi padre tuvo un infarto y nuestro vecino desapareció".

Francisco García-Olmedo Domínguez (Granada) me envía un chiste en el que está presente la famosa ambigüedad: "Estando en una animada reunión, salta de repente un aparejador y dice:

―Sé un chiste de arquitectos estupendo.
―¡Oiga que yo soy Doctor Arquitecto! ―le espeta uno de los presentes.
―No se preocupe ―le responde―: se lo cuento dos, tres, cinco, diez... ¡las veces que hagan falta!".

Gabriel Ter-Sakarian Arambarri me envía una larga misiva a propósito de algunas cuestiones que hemos tratado aquí. Copio: "Esa teoría que se saca de la manga Juan B. Solana no hay por dónde cogerla, porque el mar, el calor, el color, el puente, etc., no cambian en absoluto de sentido ni adquieren el más ligero matiz diferencial si se dice la mar, la calor, la color, la puente, etc. En cuanto a el banco y la banca, se trata de palabras distintas. El comentario de usted acerca de el barco/la barca me recuerda que en la Facultad un profesor de gramática española nos dijo que cuando un nombre de objeto tiene masculino y femenino, este último expresaba un objeto menor, por ejemplo, el saco es más grande que la saca, el cesto que la cesta, el charco que la charca, etc. Se me escapó espontáneamente y casi a pesar mío: 'Pues el barco es más grande que la barca'. Aquel profesor me cogió entre ceja y ceja.

Aprovecho la ocasión para permitirme reprocharle una construcción que, aunque se oye y lee mucho, me parece defectuosa: la del pronombre redundante lo complemento objeto directo, cuando este último ya está expresado por el pronombre relativo que, como en su frase '...un privilegio que no hay por qué mantenerlo' (sobra este lo). Y ya que estoy metido en harina, le aseguro que soy de Bilbao y que toda la vida he dicho y oído decir por la mañana y no a la mañana. Hablando de la cosa vasca, y ya que usted menciona hoy el esperanto. Le han enviado a usted mensajes preguntándole dónde pueden hallar traducciones del euskera. ¿Qué euskera? Nunca ha habido un euskera, sino variedades de euskera, las principales de las cuales eran el vizcaíno y el guipuzcoano. Lo que hay ahora es el batúa, ese engendro que no tiene realidad étnica, ni histórica, ni filológica, ni ná, sino que es una especie de esperanto del euskera. El acertijo de Pedro Maestre Yenes (el de la vaca y la baca) tiene una solución mucho más fácil: Ambas se me cayeron. Para terminar, ahí va un chiste étnico que me contó hace años un ordenanza extremeño:

–Yo soy de Don Benito, ¿y usted?
–Yo, de Donostia.
–Hombre, tampoco es para ponerse así."

Seguramente tiene razón don Gabriel en el error de la construcción con el pronombre redundante lo ("un privilegio que no hay por qué mantenerlo"), pero a mí me gusta. Creo que da cierta fuerza a la afirmación, aunque entiendo que no se debe abusar de esa fórmula. Puede que sea un vasquismo. Sospecho que Pío Baroja lo emplea. Por cierto, yo no soy de Bilbao (nadie es perfecto), pero ha vivido muchos años en San Sebastián y, en ese ambiente, es muy común y simpática la fórmula "a la mañana" o "a la tarde". Claro está que los donostiarras saben decir "por la tarde", pero "a la tarde" se reserva para un cierto matiz de conveniente familiaridad.

Miguel A. Taboada me envía algunos chistes que seguramente circulan por la red. Selecciono y traduzco algunos. Todos ellos confirman, una vez más, que el humor se apoya en la ambivalencia de algunas palabras o del parentesco de algunos sonidos: "Un hombre llega a su casa y encuentra a su mujer con un amigo de él en la cama. El hombre dispara al amante de su mujer y lo mata. La mujer dice: 'si sigues comportándote así vas a perder a todos tus amigos'.

¿Cuál es la definición de mistress (=amante)? Una persona que está entre el mister (= señor) y el mattress (= colchón)".

Pregunta el profesor: ¿Sabe usted la importancia que tiene el period (= punto gramatical, periodo o regla de la menstruación). Responde el alumno: –Sí, una vez mi hermana perdió el periodo, mi madre se desmayó, mi padre tuvo un infarto y nuestro vecino desapareció".

Una mujer pregunta al hombre que viaja con seis hijos: –¿Todos estos niños son suyos? –No, trabajo en una fábrica de preservativos y estos son quejas de los consumidores".

Ya se ve que el capítulo de la eutrapelia lo llena Miguel A. Taboada. En este caso se trata de "preguntas realizadas por abogados en juicios reales" y se han publicado en el Colegio de Abogados de Madrid:

–¿Estaba usted presente cuando le tomaron la foto?
–¿Estaba usted solo, o era el único?
–¿Fue usted, o su hermano menor, quien murió en la guerra?
–¿Él le mató a usted?
–¿A qué distancia estaban uno del otro los vehículos en el momento de
la colisión?
–Usted estuvo allí hasta que se marchó, ¿no es cierto?

Pregunta: Doctor, ¿cuántas autopsias ha realizado usted sobre personas fallecidas?
Respuesta: "Todas mis autopsias las realicé sobre personas fallecidas.
Pregunta: Cada una de sus respuestas debe ser verbal, ¿de acuerdo?
¿A qué escuela fue usted?
Respuesta: verbal (risas y comentarios jocosos en la sala).
Pregunta: ¿Recuerda usted la hora a la que examinó el cadáver?
Respuesta: La autopsia comenzó alrededor de las 8:30 p.m.
Pregunta: ¿El Sr. Pérez Tomadilla estaba muerto en ese momento?
Respuesta: No, estaba sentado en la mesa preguntándose por qué estaba yo haciéndole una autopsia. (El Sr. Juez tiene que imponer orden en la sala el alboroto es tremendo, se escuchan carcajadas por todas partes).
Pregunta: ¿Le dispararon en medio del follón?
Respuesta: No, me dispararon entre el follón y el ombligo.
Pregunta: Doctor, ¿antes de realizar la autopsia, verificó si había pulso?
Respuesta: No.
Pregunta: ¿Verificó la presión sanguínea?
Respuesta: No.
Pregunta: ¿Verificó si había respiración?
Respuesta: No.
Pregunta: ¿Entonces, es posible que el paciente estuviera vivo cuando usted comenzó la autopsia? Respuesta: No.
Pregunta: ¿Cómo puede usted estar tan seguro, Doctor?
Respuesta: Porque su cerebro estaba sobre mi mesa, en un tarro.
Pregunta: ¿Pero podría, no obstante, haber estado aún vivo el paciente?" Respuesta: Es posible que hubiera estado vivo y ejerciendo de abogado en alguna parte.
Recibo otro correo de León Zeldís Mandel (Israel) en el que se reproducen algunas de esas divertidas preguntas. Don León asegura que circulan profusamente en inglés por la Internet. Bien, puede que no sea verdad, pero está muy bien traído.

En Sociedad

    0
    comentarios