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Amando de Miguel

Fonética de andar por casa

El idioma español tiene la inmensa ventaja de que, si no se pronuncia correctamente, se puede entender bastante bien. De todas formas, hay variaciones en el uso que pueden llegar a irritar el oído. Otras son simplemente opciones que van según gustos, como en las recetas de cocina.
 
Ahora está de moda el comerse las sílabas, no sé si por influencia de don Manuel Fraga. Aunque él se las come ─y aun palabras enteras─ porque siempre está muy atareado. Pero la “silabofagia” avanza. Por ejemplo, parece incluso elegante pronunciar algo así como ‘mocrático, ci’danos o partido ‘opular. No me vale el argumento de la economía de esfuerzo. Si así fuera, no tendría por qué introducirse una estúpida “y” copulativa al comienzo de casi todas las noticias que nos leen en los telediarios. Es una “y” que copula contra naturam. El vicio es más característico todavía de Televisión Española (como si las otras fueran extranjeras), donde tendrían que dar ejemplo de bien hablar. Si al menos los presentadores de Televisión Española leyeran Libertad Digital, otro gallo nos cantara.
 
Henry Boom Cremer se lamenta de que, en la COPE y otros medios, algunos comentaristas pronuncien como “j” la “g” delante de otra consonante. Así, se oye “indijno” o “majnitud”. No es una moda ─como sugiere mi comunicante─, sino un regionalismo. Suelen pronunciar así los leoneses, algo menos los castellanos; no todos, claro. Herencia visigótica, supongo. No me parece mal consentir ese regionalismo. También los andaluces se comen las “eses” finales y se quedan tan frescos. Lo más maravilloso es oir cómo una periodista andaluza se come las “eses” en español, pero no en inglés. Hace bien, si en inglés no lo pronuncias bien, no te entienden.
 
Hablando del inglés, Pablo Martín se molesta un poco por lo del verbo “testar” (en el sentido anglicano de “probar, hacer una prueba o test”). Lo ve incompatible con el uso latino tradicional de hacer testamento. Más me irrita a mí lo de “pretest”, que se dice mucho en la jerga de las encuestas, para probar un cuestionario. El “pre” no tiene ningún sentido, pero se dice, incluso pronunciado a la inglesa. Yo también lo decía así hace años, pero me voy corrigiendo. Ahora hablo de la prueba de un cuestionario; todos tan contentos. A pesar de lo cual, el verbo “testar” no me suena mal. “Hacer un test” son tres palabras: circunloquio.
 

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