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Amando de Miguel

Fraseología

Claro está que podría decirse igualmente que el Ebro para por Zaragoza o el Tajo por Toledo. Pero en la memoria escolar el Pisuerga no tiene más referencia que Valladolid. Al menos eso era así cuando los escolares aprendían todos los ríos de España

José Carlos Martínez Galán rechaza mi interpretación de "poner los ojos en blanco" como tenerlos abiertos como platos. Razona así:

Por "poner los ojos en blanco" yo siempre he entendido el gesto de mirar tan hacia arriba que las pupilas y los iris quedan ocultos bajo el párpado superior, y los ojos se ven, literalmente, blancos. Es un gesto que refleja algún tipo de emoción, generalmente una gran sorpresa. No puedo referir ningún ejemplo, pero juraría que lo he leído con este sentido en alguna novela.

Creo que don José Carlos tiene razón. Uno pone los ojos en blanco cuando miran para arriba en un gesto de admiración más o menos fingida.

Antonio Pombrol me cuenta que acaba de leer una novela de Rosa Montero en la que "a la protagonista se le ponen los vellos de punta dos o tres veces a lo largo de la aventura". La verdad es que es más correcto decir "los pelos de punta", pero quizá los autores remilgados consideran que lo de "los pelos" es algo vulgar. Claro que a mí también me rechina, por cursi, eso de "los vellos".

Don Antonio acompaña unos populares versos para reírse un poco de la ciencia meteorológica:

Cuando el Sol está en su cénit
Y la Luna en Gavilucho,
[al día siguiente] puede llover poco o nada
o puede que llueva mucho
o quedarse el tiempo como estaba.

No se me alcanza lo que pueda ser la "Luna en Gavilucho". Espero alguna ilustración.

Ignacio Frías aclara la aparente incongruencia al decir que "una golondrina no hace verano", cuando es sabido que las golondrinas llegan a nuestra latitud en primavera. Documenta don Ignacio que, para los romanos, la primavera (ver) iba desde el 7 de febrero al 8 de mayo. El verano (aestas) iba desde el 9 de mayo al 10 de agosto. Seguramente, durante mucho tiempo se mantuvo esa clasificación. El refrán está en su punto: las golondrinas suelen llegar a España a finales de abril, esto es, en la "primavera" clásica.

Fernando Aguilar-Tablada Massó (La Laguna, Tenerife) anda intrigado con la expresión "más difícil que el parto de los montes". Muy sencillo. El origen está en el Arte poética de Horacio: parturiunt montes, nascetur ridiculus mus (= parieron los montes y nació un ratoniche). Se trata de un antiguo cuentecillo en el que se refiere los dolores de parto que aquejaban a unas altas montañas. Luego, al dar a luz, se vio que solo parían un ratoncillo. La simpática leyenda se he recogido después en muchas fábulas y cuentos. La moraleja es lo ridículo que resulta cuando uno hace aspavientos de que va a suceder algo grande y realmente la cosa no es para tanto.

Miguel Martín Rubio (Madrid) se pregunta por el origen o la razón de la frase "aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid...". No sabría decirlo. Se trata de una frase de apoyo a una petición menos obvia. Equivale al acostumbrado "yaque" con que se concluye la petición de algún arreglo doméstico: "Ya que ha venido usted a reparar una cosa, aprovecho para que me mire esta otra". Lo del Pisuerga puede tener también la interpretación de que se escucha una solicitud que no viene muy a cuento. Claro está que podría decirse igualmente que el Ebro para por Zaragoza o el Tajo por Toledo. Pero en la memoria escolar el Pisuerga no tiene más referencia que Valladolid. Al menos eso era así cuando los escolares aprendían todos los ríos de España, no solo los de la región donde se asentaba la escuela.

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