Menú
Amando de Miguel

Glotomaquia

Está claro que el uso de las diferentes lenguas que hay en España nos lleva a continuas peleas. Son muchos los “emilios” sobre esta cuestión batallona. Selecciono los más interesantes y doy cumplida respuesta. No creo que vaya a convencer a todos los discrepantes. Definitivamente, mi mundo no es de este reino.
 
“Reingesa” (un acrónimo, supongo) me recuerda que, según la ley, los topónimos de las señales de circulación deben ponerse en forma bilingüe. Aduce el incumplimiento de esa norma en la misma puerta del palacio de la Moncloa, donde se lee: “A Coruña”. Ignoro lo que señala la ley, pero el sentido común me dice que la forma bilingüe debería regir solo para el territorio en cuestión. Es muy sencillo: en el País Vasco “Pasaia/Pasajes”. En el resto de España: “Pasajes”. Qué sencillo.
 
José A. Bermúdez, de Ceuta, me comenta por extenso las ambivalencias que existen para adaptar a la fonética y escritura españolas los nombres propios en árabe. El asunto no tiene muchas salidas, al tratarse de otro alfabeto. Me temo que las transcripciones se guían mucho por el francés. Si se me permite una opinión incorrectísima: haría bien el mundo arábigo en pasar al alfabeto latino. Los turcos lo hicieron.
 
“Norje Lala” insiste en que no debo decir “euscalerría” sino “euskalherria” (literalmente = pueblo vasco). Se enfada aún más porque escriba “Ibarreche” atribuyéndome una “maldad intencionada”. Pues no señor (o señora). Yo escribo tranquilamente Alemania, Mahoma, Platón y mil nombres más que adapto al castellano. Nadie debe ofenderse. Como no me parece ninguna maldad intencionada que los ingleses escriban Seville o Spain. Esas transcripciones suelen hacerse cuando la voz se utiliza mucho, y, más aún, cuando la grafía original no se presta fácilmente a la lengua en que se habla. Esa doble condición se da con Euskalherria o con Ibarretxe. Al castellanear esos nombres, manifiesto una forma de respeto, no de maldad. Otra cosa es que lo de Euskalherria como sujeto político (incluyendo Navarra) me suene a disparate y que Ibarretxe me parezca un locatis.
 
Iñigo Martínez, de Bilbao remacha sobre el asunto. No debo escribir País Vasco sino Euskal Herria. ¿Por qué no puedo traducir Euskal Herria ─que, por otra parte, no existe como nación independiente─ y sí digo Irlanda o Grecia? Me reprocha mi comunicante que yo sostenga que “el castellano fue nodriza del vasco”. No señor. Lo que yo opino es que el latín fue madre del castellano y nodriza del vasco. El vascuence se habló durante mil años junto al latín hasta que apareció el castellano. En todo caso, mi afirmación no significa “desprecio personal” hacia el vascuence. ¿Cómo se puede despreciar a una lengua? Cree el ladrón…
 

En Sociedad

    0
    comentarios