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Amando de Miguel

Gramática al alcance de todos

La verdad es que a los españoles nos fascina el modo de hablar y el acento de los colombianos, pero no hay tal cosa como "el mejor español". Se dice también del de Valladolid, pero los vallisoletanos suelen ser leístas y, además, muchos dicen Valladoliz.

Sergio Muñiz Aragón se enfrenta con el misterio de la diferencia entre los verbos ser y estar, batallona cuestión de los estudiantes extranjeros de español. En principio –razona don Sergio– la cosa parece bastante clara: ser indica permanencia y estar indica algo transitorio. Pero ¿Por qué se dice que alguien está muerto y no que es muerto? Remedaré a San Agustín: sé perfectamente cuál es la diferencia entre ser y estar, pero no me preguntéis en qué consiste.

Espero que alguien me responda. Ya de paso, don Sergio propone un concursito para averiguar dónde "se habla mejor español". Él sostiene que en Colombia. La verdad es que a los españoles nos fascina el modo de hablar y el acento de los colombianos, pero no hay tal cosa como "el mejor español". Se dice también del de Valladolid, pero los vallisoletanos suelen ser leístas y, además, muchos dicen Valladoliz. No es menos cierto que en Castilla se encuentra uno con personas que, sin tener muchos estudios, conocen admirablemente el léxico. Pero no, no existe eso del "mejor español" en una u otra localidad o región. Todos lo hablamos con acento y con imperfecciones. ¿Por qué el vosotros va a ser mejor español que el ustedes? Realmente no hay un solo idioma español sino muchos dialectos del mismo. Lo fundamental es que, a pesar de ellos, todos los hispanoparlantes nos podemos entender. Ese hecho es una notable corrección de la historia de Babel.

Alfredo Sandovar denuncia la tontería de decir Rumanía, que ahora "es casi lo correcto". En efecto, decimos Alemania, Francia, Manchuria, Albania, etc., pero ahí tenemos esa extraña acentuación de Rumanía. Aunque la moda que "saca de quicio" a don Alfredo es la de "punto y final". Naturalmente, se adivina el contagio de "punto y seguido", que está bien dicho.

Yago Espinosa de los Monteros (Boadilla del Monte, Madrid) se ha encontrado con una duda irresoluble. Resulta que le han convocado para asistir a un comité que tiene carácter periódico. Concretamente, se le comunica que "la reunión tendrá carácter bimensual ". Don Yago anda hecho un lío; no sabe si bimensual es "dos veces por semana" o "una vez cada dos semanas". El hombre ha hecho la consulta pertinente con la Real Academia Española y le han contestado que, efectivamente, la ambigüedad existe, y que, solo puede resolverse en el contexto de la frase". Algo más se podrá hacer, digo yo. Yo no soy inmortal, pero se me ocurre que, con los diccionarios en la mano y unas gotas de lógica, podríamos aceptar las siguientes definiciones:

palabra

El suceso de produce dos veces...

palabra

El suceso se produce una vez cada...

bisemanal

a la semana

quincenal

dos semana

bimensual

al mes

bimestral

dos meses

trimensual*

al trimestre

trimestral

tres meses

bianual

al año

bienal

dos años


Todas las palabras se encuentran en los diccionarios, excepto trimensual que me la acabo de inventar. La propuesta elimina ambigüedades para tranquilidad de don Yago y de todos los demás libertarios.

Miguel A. Taboada añade un comentario personal a la cuestión de los diminutivos. Añade la terminación –ino, que se emplea mucho en Extremadura. Apunta un desahogo personal y político digno de consideración: "Tengo la impresión de que su estancia en San Antonio, TX, resultó muy corta o se me pasó volando. Le confieso mi sana envidia ya que EE.UU. de América sería mi inmediato destino (forever) en caso de un generoso Lotto o de forzosa petición de exilio si el desastre zapateril persistiera. El Partido Popular fue mi única esperanza hasta las últimas elecciones generales pero ya la tengo perdida dada su deriva desde el misterioso viaje de Rajoy a México y su actual conversión en humo como oposición, además de la original idea de intentar resultar simpático a los enemigos de nuestra Nación."

Manuel Herrera Jerez sostiene que la forma femenina (la mar, el calor, la jarra) se debe más a la forma que al tamaño. Concretamente, "la forma femenina es más ancha". Don Manuel me envía una corrección fraterna: no existe eso de "sacar los pies del tiesto", que digo yo. Realmente es la mezcla de "sacar los pies del plato" y "mear fuera del tiesto". Efectivamente, no me había dado cuenta, pero esas dos expresiones vienen a significar lo mismo: salirse de madre. De modo inconsciente yo las mezclé en una.

Alejandro Medina (California, USA) razona que "si bien una barca es más pequeña que un barco, no es menos cierto que, cuando se habla de forma poética (enaltecedora), es preferible barca a barco. Así la barca de la Iglesia". La verdad es que no me suena mucho lo de "la barca de la Iglesia", pero tiene sentido. ¿No será mejor "la barca de San Pedro", por su primer oficio de pescador?

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