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Amando de Miguel

Hablas regionales

Cuenta don Jesús la protesta que hizo a la cadena de supermercados Condis por etiquetar los productos solo en catalán. Le dieron la callada por respuesta. Al parecer, también la cadena Caprabo sigue la misma política.

Son muchas y muy variadas las reacciones al estímulo de don o doña J. Mas. Como recordarán los libertarios, el argumento de don o doña J. Mas era que en Cataluña todos dominan tanto el catalán como el castellano. Desgraciadamente para el aguerrido (o aguerrida) nacionalista, su texto, en castellano, estaba plagado de errores. No eran tanto ortográficos como sintácticos. Como digo, las reacciones han sido muy diversas. Por ejemplo, está la respuesta reafirmativa, como la de Fernando de Alvarado (Barcelona). Me adjunta un texto de un representante de Convergència Democrática de Catalunya, Carles Agustí i Hernàndez. El texto es una carta muy formal, contestación a una solicitud de don Fernando sobre el "cheque escolar". Lamentablemente el texto de don Carlos contiene abundantes errores ortográficos. El colmo es esa tilde abierta del apellido Hernàndez. Don Fernando concluye con este desahogo:

Yo opino, desde hace mucho tiempo, que este desprecio hacia el castellano no es fortuito; ni siquiera es fruto, únicamente, de un nivel académico bajísimo producido por una casi inexistente formación en el mismo en las escuelas. Yo creo que este vergonzoso uso del español es premeditado (casi estoy por afirmar que proviene de un acuerdo tácito entre los catalanes "comprometidos" con la "causa" catalana para menospreciar y, cuando se dé el caso, utilizar mal el castellano, a propósito). En todo caso, ello da la talla moral de las personas que así lo hacen y, en el caso de los políticos, los descalifica como tales.

El estímulo de J. Mas ha producido también una reacción festiva. Por ejemplo, la de Fermín Sarasate: "La carta de J. Mas es sencillamente maravillosa. No sé si utilizarla como fondo de escritorio, protector de pantalla o simplemente hacer un póster". Observa don Fermín que en la susodicha carta, aunque escrita en castellano, se dice Catalunya y no "Cataluña". Ya sabe mi opinión, don Fermín, si se dice Catalunya escribiendo en castellano es que no se tiene el catalán como un idioma de consideración.

No acaba ahí la cosa. También he recibido misivas insolentes y aun insultantes. Recupero una de las más educadas, la de Enric Piñol. Estos son los juicios y calificativos que me dedica: "Rigurosamente incontenido en sus expansiones, suelto en el preguntarse a sí mismo [...] Se inventa etimologías, encuentra similitudes, enaltece formas de burricie popular, descubre asombrado lugares comunes [...] Me entristece que fomente el insulto [...] Por el momento no aparece ninguna luz, solo mediocres babas entontecidas; será porque, aunque usted opine lo contrario, no hay violencia inteligente. No tiene gracia". En cambio, don Enric, usted derrocha gracia a raudales.

Jesús Hernández Martínez (Hospitalet de Llobregat, Barcelona) aporta datos sobre la tendencia a eliminar el castellano, y en general todo lo que suene a España, de la vida catalana. Cuenta don Jesús la protesta que hizo a la cadena de supermercados Condis por etiquetar los productos solo en catalán. Le dieron la callada por respuesta. Al parecer, también la cadena Caprabo sigue la misma política de etiquetar los productos solo en catalán.

Comenta don Jesús la deliberada acción de eliminar la palabra "nacional" en los casos en que ese adjetivo se refiera a España. Así el "cupón de la ONCE" en Cataluña se convierte en "Cupó Por-Cecs" (= cupón en favor de los ciegos). Las "fiestas nacionales" (como la de la Inmaculada o la Virgen de Agosto) pasan a ser "fiestas estatales". La empresa ONO promociona en Cataluña unos descuentos en las trucadas estatals (= llamadas nacionales). En TV3 se dice que "los otros equipos de la federación estatal de fútbol". En resumen, "esto tiene muy mala pinta". Añado que lo peor del nacionalismo es que carece del sentido del ridículo, una virtud esencial para relacionarse en la vida corriente.

José María Iboleón Adarraga (Sevilla) completa la lista de los vasquismos (concretamente de Guipúzcoa) introducidos en el castellano.

  • Koldarras (= sobras de las comidas)
  • Chulo o quizá txulo (= guá o agujero en el juego de canicas)
  • Chustarra o quizá txustarra: lo que queda de la manzana o de otras frutas cuando se comen a mordiscos.

Me pregunta don José María si el apellido Mendoza se deriva de mendi (= monte) y otza (= frío). En efecto, así es. Mendoza (= Monte frío).

Francisco Cabrera Rodríguez arguye quechingaren Canarias es tanto como "salpicar". Ese significado puede resultar comprometido cuando se conversa con mexicanos. "A mí me ocurrió hace años que en una playa una chica mejicana me salpicaba. Yo le dije que si quería que yo también la chingara a ella". Añado que lo de los malentendidos entre los hispanoparlantes a costa de las palabras con sentido ambiguo es ya un clásico. Lejos de ser un inconveniente para la comunicación, proporciona un renovado interés al diálogo chispeante.

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