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Amando de Miguel

¿Hace falta el reloj?

Lo que más abunda en este mundo organizado es la información sobre el tiempo cronológico. Hay relojes por todas partes: en casa, en el coche, por la calle, en los edificios públicos. Incluso el teléfono móvil nos da también la hora. Así que el reloj de pulsera está de sobra. Es una información redundante. Solo en los grandes almacenes se nota la ausencia de relojes, quizá para que perdamos la noción del tiempo. Por eso mismo tampoco tienen ventanas. El reloj de pulsera ya no distingue nada, pues todos lo tienen, incluso los niños. Antes era un símbolo de distinción.

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