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Amando de Miguel

Hartazgo de campaña electoral

Sobre las campañas electorales tengo que dar mi opinión. Son un verdadero despilfarro del erario (que siempre es público). En la época de los medios electrónicos, las campañas tendrían que basarse en la radio, la televisión y las famosas redes.

No veo que los oradores de la campaña electoral se hayan definido mucho respecto a la felonía de los magistrados del Tribunal Constitucional al reconocer a los terroristas como sujeto político. Lo de "felonía" me lo sugiere Joaquín Fanjul, abogado, y es muy justa la etiqueta. A mi modo de ver (y no soy abogado), en cualquier país de Occidente el equivalente de esos magistrados estarían ya en la cárcel. Juan Díaz López-Canti sostiene que, la famosa sentencia, no se ajusta a Derecho. Añado que el TC no es ninguna de las dos cosas, ni sus escritos son sentencias, ni sus magistrados merecen tal título, puesto que no se corresponden al tipo del vir bonus dicendi peritus.

Agustín Fuentes se introduce en la polémica, levantada por Intereconomía, al asegurar que ZP desea usurpar el puesto de los padres en la educación de sus hijos. Razona don Agustín con el argumento de que el de la Moncloa "no resistiría un análisis psicológico" al manifestar sus "deficiencias e inmadureces". Una de ellas es la de haber lanzado al mundo a sus "dos góticas desquiciadas", sus misteriosas hijas que nadie conoce. Es otro argumento que no aparece en la campaña electoral. Por cierto, en cualquier democracia madura, el presidente del Gobierno habría aparecido en público con su mujer y sus hijas para mostrarnos la imagen de un hogar sano.

José María Navia-Osorio me hace una crónica de los mítines de Cascos. Debo decirle que en la prensa nacional apenas sale Cascos, acaso solo para remachar que es un intruso, un disolvente de la personalidad del PP en Asturias, patria querida. Don José María aprecia con devoción ibérica el famoso carisma de Cascos. Yo lo he visto también en una ocasión y eso que era un acto cultural, no político. Insisto que ha sido una lástima que no se presentara a la cabeza del PP asturiano. Alguien va a pagar el error, y no va a ser Cascos precisamente.

José Olivares Martí continúa con la polémica de los errores de las encuestas electorales. Tiene razón al corregirme. No es que el tamaño de la muestra no sea proporcional al tamaño del universo, sino que no es "directamente proporcional". Queda claro que las muestras se saturan, por decirlo así, a medida que va subiendo el tamaño de la población. Por eso basta con una muestra de unas 5.000 entrevistados para el conjunto de España. Pero el error principal de las encuestas no está en el tamaño de las muestras, sino en la sinceridad de los que responden y en la vía para llegar a ellos. También cuenta el lapso que hay desde la encuesta al momento de la elección. Pero en España se da la absurda ley que prohíbe hacer encuestas en la última semana de la campaña electoral. Ese momento arrojaría las previsiones más válidas. Así somos de originales.

Sobre las campañas electorales tengo que dar mi opinión. Son un verdadero despilfarro del erario (que siempre es público). En la época de los medios electrónicos, las campañas tendrían que basarse en la radio, la televisión y las famosas redes. La cartelería, el buzoneo y los mítines están de más. Otra cosa, en los debates ante la tele, por favor que los candidatos no lean. Claro que también leen en las sesiones parlamentarias. Joder, qué tropa, como dijo el Cojo.

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