José María Navia-Osorio se refiere a la moda de los "museos de todo pelaje", que ahora se alzan por doquier, junto a las "aulas de interpretación". Así, en Asturias hay un aula de interpretación de la caza del oso de Proaza, para entender la vida de los osos. Cierran los domingos. Está también la "mina imagen", un museo para explicar el mundo de la minería. Hay un museo del agua, otro de la leche. La traca final es un "colombódromo" (= palomar) en Oviedo para explicar lo de las palomas mensajeras. Va a costar 400.000 euros. "Por ese precio, en vez de palomas, podrían poner avestruces", comenta el de Oviedo.
Añado que en el bellísimo pueblo de Peñaranda de Duero (Burgos) han abierto un "centro de interpretación de los castillos", en la torre del homenaje del castillo. Es algo digno de ver, y más si luego se come un cordero asado en la Posada del Duque, sita en la Plaza Mayor, frente al "rollo jurisdiccional" (= picota).
Eduardo Fungairiño (siempre tan informado) precisa que los soldados norteamericanos no han utilizado nunca el uniforme verde sino el azul o el gris. Este último era el de los confederados en la guerra de secesión. En cambio, el color verde sí lo utilizó un famoso regimiento de infantería ligera de los británicos. Añado que el Rey de España regaló muchos uniformes con la casaca azul para los norteamericanos que lucharon por la independencia frente a los ingleses.
Pedro Araúz Cimarra (La Mancha) confirma que los militares ingleses utilizaban mulos en sus tropas de montaña en Birmania durante la segunda guerra mundial. Además, practicaba la laringotomía (ablación de las cuerdas vocales) para evitar que los pobres mulos relincharan y fueran delatados por ese sonido. Dios mío, lo que saben los libertarios.
Ismael Medina Cruz guarda testimonios gráficos de sus antepasados, los pertenecientes a la Guardia Civil. Al principio, el color azul era el predominante en el uniforme de los guardias, pero se impuso el verde al final de la última guerra carlista (hacia 1874). Ese color sigue en el uniforme durante la II República, y, por tanto, no es una innovación de la época de Franco.
Ignacio Frías documenta el caso del "tribunal de los Once", a partir de Solón, en la Grecia clásica. Tenían la potestad de custodiar a los presos y de ejecutarlos en el supuesto de que fueran condenados a muerte.
Miguel Silvestre precisa que Dracón (un dictador, no un juez) promulgó un código en el que todos los delitos se castigaban con la pena de muerte. Me parece inverosímil. Sospecho que ese código es una fabulación. Pero lo transmito como me lo cuenta don Miguel. Añado que Solón corrigió el supuesto código draconiano reduciendo los casos merecedores de la pena de muerte.