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Amando de Miguel

Incertidumbres gramaticales

Ana Mª Gálvez es una fiel espectadora de TVE. Anota alguna perlas. En un programa sobre la carrera París-Dakar se muestra un coche que se ha quedado empantanado. Aparece un subtítulo que traduce las voces de los ocupantes: "Empujaz, empujaz".

He recibido docenas y docenas de correos con la admonición de que en la frase "a ella la incomodaba hablar con extraños" se escribe así y no con el "le". La razón es que "hablar con extraños" no es el objeto directo, como yo suponía erróneamente, sino el sujeto. Acuso el error. A veces me paso de falta de respeto a la Gramática. Es solo una manifestación de mi nesciencia (= ignorancia culpable).

Ovidio Fernández (Asturias) me envía un sabroso comentario a la discusión que aquí teníamos a propósito del "su de usted". Lo transcribo sin más.

En relación con un escrito de don Jaime Lerner, dice usted que le parece una cursilada lo de decir "su de usted". Estoy de acuerdo con su opinión de usted. Verá, le cuento. En ocasiones hay que insistir añadiendo el usted al su, para que no le pase lo que al director de un banco. Observó el tal director que uno de sus empleados se ausentaba todos los días durante una hora o más. Ordenó al guardia de seguridad que espiara al empleado, dándole un informe pormenorizado de lo que hacía durante sus ausencias. A los pocos días el vigilante dice al director del banco:"Fulanito a las 12 coge su coche, se va a su casa, se folla a su mujer, se fuma uno de sus puros y se vuelve al trabajo". "Entonces no hay nada que objetar", dice el director. El vigilante le interrumpe: "¿Me permite que le tutee, don Blas?" El director, aunque con cierta extrañeza, le dijo que sí. Entonces el vigilante le recordó: "Te repito que el empleado a las 12 coge tu coche, se va a tu casa, se folla a tu mujer, se fuma tus puros y vuelve al trabajo. Sólo eso". Ahora ya en serio, me parecen muy interesantes las observaciones que aparecen en su página (de usted) de Libertad Digital. Las leo con interés.

Ana Mª Gálvez es una fiel espectadora de TVE. Anota alguna perlas. En un programa sobre la carrera París-Dakar se muestra un coche que se ha quedado empantanado. Aparece un subtítulo que traduce las voces de los ocupantes: "Empujaz, empujaz". Es un imperativo muy madrileño. Varios minutos más tarde se anuncia un programa para una hora imposible: "24:35". Al día siguiente un periodista de la misma cadena confiesa no entender la locución "aperos de labranza". Hay más casos de analfabetismo televisivo, pero por hoy pueden bastar. Son la última consecuencia de muchos años de decadencia del Bachillerato.

Juan Ignacio Contreras critica algún texto de LD. No entiende por qué se pone "ministro de Industria". ¿No deben llevar los dos mayúsculas? Pues no. "Ministro" es un nombre común, por muy encumbrado que esté, como "catedrático de Universidad". Pero Industria o Universidad son personas jurídicas y, por tanto, merecen la dignidad de la mayúscula. También pregunta don Juan Ignacio que por qué ponemos "11M" y luego los nombres de los meses van con minúscula. La verdad es que los nombres de los meses pueden ir con mayúscula o con minúscula. Lo de 11M, 15J, etc. a mí me repugna. Es una especie de broma que procede de la cultura norteamericana. Por último, a don Juan Ignacio le llama la atención un "ésto" con acento. Mal puesto. No debe llevarlo nunca. Es más, como los libertarios saben, yo suprimo la tilde en todos los pronombres demostrativos, y me quedo tan fresco. Rechinen sus dientes los puristas.

Fernando Herreros me considera empecinado e insiste en que la palabra "solo" puede resultar ambigua y por tanto necesita la tilde cuando es adverbio. Aduce: "Por ejemplo, me quedo solo esta tarde. ¿Qué significa? ¿Me quedo sin compañía esta tarde? O ¿Me quedo esta tarde y nada más?". No hay problema, don Fernando. En el contexto de la conversación es muy fácil interpretar si "solo" es "sin compañía" o "únicamente". La prueba es que, al hablar, no ponemos el acento en "solo". Por tanto, si no hay ambigüedad, prescindimos bonitamente de la tilde (palabra grave terminada en vocal) y sanseacabó. Incluso, aunque quedara un resto de ambigüedad, esa es la gracia del lenguaje. Fíjese, don Fernando, que muchas palabras tienen dos o más significados. Luego, al pronunciarlas, ya estamos introduciendo una miaja de ambigüedad. No pasa nada de lo que haya que precaverse. La gracia está en que la ambigüedad se mantenga en el adecuado margen interpretativo sin llegar a mayores, a la confusión. En el ejemplo aducido la palabra "tarde" podría significar dos cosas: sustantivo o adverbio. Con el "esta" se reduce al sustantivo. Pero el sustantivo no especifica los límites: ¿entre qué hora y qué hora es "la tarde"? ¿Qué hora es la de "volver tarde"? No digamos el grado de "soledad" que resulta tolerable. Don Fernando, sea sincero: ¿Me sigue considerando empecinado, esto es, untado de pez y plumas para escarnio del populacho? ¿O acaso hay otro sentido de "empecinado"?

Roberto Rodríguez Delgado me pide que comente la diferencia entre ser y estar. Es una dificultad que asalta a muchos extranjeros, pero los hispanohablantes la comprenden sin apenas vacilaciones. Ambos verbos atribuyen estados o características de un sujeto. Si ese resultado es permanente o estable se emplea ser. En los otros casos se recurre a estar. Por ejemplo, "Pedro es malo" o "Pedro está malo". No hace falta recurrir al ejemplo chocarrero pero muy expresivo: "María es buena" o "María está buena". Tengo para mí que la famosa dicotomía de Hamlet, to be or not to be, tendría que traducirse como "ser o estar".

Son muchos los ilustrados libertarios que me dan una lección sobre la evolución de la O larga en latín que se transforma en UE, o la E larga que da paso a IE. La vocal queda en el infinitivo de los verbos, mientras que el diptongo pasa a las otras formas. Por ejemplo, oler-huelo, mentir-miento. Bien, eso está claro, ya lo he aprendido y no hay más que hablar. Me sigue intrigando el hecho de que la evolución dicha ocurra en el castellano y no en los otros romances peninsulares. Ya he avanzado mi sospecha de que los castellanos primordiales necesitaban distinguirse de los demás para sobrevivir en las duras tierras que les tocaron en suerte. Por eso eran guerreros y comerciantes a la vez, como el Cid.

Juan Puyol tiene la duda de si debe decirse lucrarse, sin más, o lucrarse con. Creo que se puede decir (1)lucrar(= conseguir un beneficio), (2)lucrarse(= beneficiarse), (3)lucrarse conolucrarse de. Me da la impresión de que unose lucra con su actividad legítima, mientras que otrose lucra dela actividad ajena. El segundo lleva un tinte de ilegitimidad. Hablo de oído.

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