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Amando de Miguel

La chimenea

Pocos placeres habrá más intensos que leer o escribir junto a la chimenea encendida en una tarde de invierno. Conviene que se disponga también de calefacción convencional, pero que no sea muy fuerte. Decididamente, volvemos a las chimeneas de leña. Por algo se llamó hogar (familia) al hogar (fuego). El fuego debe oírse, verse y olerse. No debe encerrarse en una cápsula, por mucho que ese sistema sea más eficaz. La fascinación que ejerce el fuego es parecida a la del mar. Ambos elementos atraen especialmente a los niños o a los que son como niños. Lo inmóvil siempre cambiante.

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