Hace un siglo parecía que no iba a descabezarse nunca la hidra del anarquismo, como entonces se decía. Me refiero al criminal. Pues bien, desapareció de la Historia. Queda alguna semilla en los movimientos antiglobalización, pero resulta que los más globales. Agrupan solo a jóvenes, lo que los hace efímeros. Más serio es el terrorismo de verdad, la amenaza que más preocupa hoy en el mundo occidental. Pasará también a la Historia. Lo malo es que los talluditos no lo veremos. Alguien recordará que lo dijimos. De siempre, la Historia fue maestra de la vida. Dije maestra, no enseñante.
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