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Amando de Miguel

La lectura en el metro

Me refiero a los ferrocarriles intraurbanos, los de Madrid, por ejemplo, que frecuento diariamente. Ha mejorado mucho todo, pero sobre todo la luz. Ahora se puede leer. De hecho, se está empezando a ver más pasajeros que van leyendo. De momento, son todavía una pequeña proporción. Digamos, uno de cada diez. En esa población lectora hay más mujeres que varones, y más jóvenes que viejos. Tendría que haber un cajetín para que se depositaran los periódicos leídos. Así podrían tener más lectores. Es fundamental que los vagones no vayan hacinados. Se podría reducir el ruido; irritante el de los frenos.

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