Me pregunta una seguidora fiel de “La linterna” que por qué empleamos ese nombre de un objeto tan corriente y actual para algo que quiere tener solera. En efecto, el nombre común de linterna es para un “aparato eléctrico portátil, con pila y bombilla, para proyectar luz”. Eso dice el DRAE, pero la voz “Linterna” nos lleva mucho más atrás. Desde los romanos la laterna y luego la linterna en castellano era un farol portátil, con una vela dentro, que servía para iluminar de noche a los viandantes. Luego la cosa tiene cierta alcurnia. En Arquitectura se llamaban también linternas las ventanitas de las cúpulas. Desde finales del siglo XVII se conoce la linterna mágica, que fue, durante mucho tiempo, el precedente del cine. Era una caja de metal con unos espejos cóncavos y unas lentes convexas que proyectaban sobre la pared las figuritas impresas en unos vidrios. El efecto daba una sensación de movimiento que servía de deleite a los espectadores.
Tómese cualquiera de los significados antiguos y se verá que la linterna es un objeto noble con la pretensión siempre de iluminar. No otra cosa se proponían los ilustrados de los siglos anteriores (no confundir con iluminados). Los tertulianos de “La linterna” de la COPE somos sus continuadores. No me negarán el carácter noble de nuestra función.
Todos los derechos reservados
!-->