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Amando de Miguel

La magia de las palabras

El habla no sólo sirve para comunicarse, transmitir información. Se emplea también para expresar sentimientos, estados de ánimo, descargar afectos y odios, distinguirse, tener razón, pasarlo bien, engañar.

Doy cuenta de mi nuevo libro La magia de las palabras, que acaba de salir de la estampa en Infova, una empresa dedicada a formar empresarios. Ahora emprende la aventura editorial. El libro es la coronación de otros muchos textos que he escrito sobre la sociedad española (más de 120 libros, miles de artículos y un sinnúmero de intervenciones en la radio y en la tele). Me refiero a la "magia" que acompaña a muchas palabras por tener un origen misterioso, por desplegar sentidos diferentes y aun opuestos. Me refiero constantemente a la jerga del "politiqués", la de los políticos y, de modo más amplio las personas entrevistables en los medios.

El libro no es una recopilación de los artículos y comentarios que he ido vertiendo en los periódicos o en la radio. Está escrito de un modo enterizo, aunque siempre con la misma idea (casi una manía) de que el idioma es también el habla. Por tal entiendo la manera que tiene el pueblo (me refiero al español) de seleccionar unas u otras palabras o frases con unos u otros sentidos.

El texto está escrito para que se entienda. En este caso la claridad es obligada, pues yo no soy un gramático, sino más bien un artesano del idioma, la herramienta que me ha facilitado la vida y me ha hecho gozar de ella. Me interesa conocer el origen de las palabras y, lo que es más difícil, averiguar por qué se emplean unas y no otras. A ver si no tiene misterio averiguar por qué en el politiqués se prefiere decir "con posterioridad" en lugar del más sencillo "después". Tiene duende saber por qué en español se dice "buenos días" cuando en otros idiomas basta el singular de "buen día".

El habla no sólo sirve para comunicarse, transmitir información. Se emplea también para expresar sentimientos, estados de ánimo, descargar afectos y odios, distinguirse, tener razón, pasarlo bien, engañar. Por eso resulta tan fascinante hablar sobre el habla. Suele ser un tema de conversación muy socorrido. Detrás de las palabras hay un alma colectiva o, por lo menos, una historia. Esa es la que yo voy a contar.

En Sociedad

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