Si las palabras significaran una sola cosa cada una de ellas, necesitaríamos un diccionario con millones de voces, sería muy difícil retener muchos significados. Resulta mucho más fácil el sistema (aparentemente confuso) por el que una misma voz permite significados distintos según sea el contexto de la frase. Voy a seleccionar una pequeña lista de palabras en las que se dan (por lo menos) dos significados muy distintos, el tradicional y el actual. Serían casos de lo que podríamos llamar "bisemia". Lo divertido es que, en todos esos ejemplos, el significado actual tiene poco que ver con el originario o tradicional.
Voz |
significado originario o tradicional |
significado más corriente |
---|---|---|
alucinar |
(transitivo) ofuscar, seducir o engañar |
(intransitivo) maravillarse, sorprenderse |
conllevar |
sufrir las molestias de alguien |
suponer, implicar |
deleznable |
poco duradero, se disgrega fácilmente |
moralmente despreciable |
plausible |
digno de aplauso, recomendable |
probable |
puntual |
diligente, que llega a su hora |
se refiere a un caso particular |
versátil |
adaptable, voluble |
caprichoso |
víctima |
persona (o animal) que padece directamente un daño |
persona que muere por culpa ajena o en un accidente; o también familiar de una víctima en el sentido anterior |
El significado más corriente a veces ni siquiera está en el Diccionario oficial. Pero lo fundamental es que el significado originario apenas se utiliza. El riesgo de la "bisemia" es que los interlocutores pueden apelar a uno u otro significado con el lógico peligro de confusión. Pero esa es la gracia del lenguaje.