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Amando de Miguel

La Rubalcabose

Después de más de una hora de discurso, Rubalcaba no nos dijo por qué el PSOE había perdido las últimas elecciones. Es la mejor tradición búlgara. La frase final fue un misterioso voluntarismo: "Hagamos que suceda".

El discurso histórico de Rubalcaba ha sido ya comentado ad náuseam, pero cabe aquí un añadido desde el punto de vista formal. Desde luego, el hombre sabe hablar en público, sin leer y sin poner el acento en la primera sílaba de las palabras. Se nota que tuvo una buena formación de los marianistas. Pero no fue un discurso al país, como se anunció. Fue más bien un discurso a la búlgara, es decir, con aplausos al final de cada párrafo. En todo momento se dirigió a sus compañeros, a veces a sus compañeros y compañeras. No sé muy bien por qué fue una oración de un socialista. Muchas de sus afirmaciones las puede hacer una persona de derechas, yo mismo, si hiciera falta. Sus ideas centrales son bastante inanes: crear empleo, conseguir una economía sana, fomentar la igualdad de oportunidades, favorecer el cambio. No sé de nadie que se pueda oponer a esos cuatro objetivos o principios o propuestas. Sí hay algunos toques de lo que podríamos llamar utopía socialista. Por ejemplo, la de destinar una parte de los beneficios de la Banca a crear empleo. ¿No quedamos en que todos los beneficios empresariales crean empleo? Algunos lugares comunes del discurso me dejaron patidifuso, sobre todo porque arrancaron fervientes aplausos. Por ejemplo, lo de que "la concertación es mejor que la confrontación". ¿Alguien puede pensar lo contrario?

Me fascina el lenguaje de Rubalcaba, el gestual y el léxico. Ya sabemos que Zapatero mueve las manos al hablar como si fuera un sacerdote en un acto solemne. Rubalcaba las mueve con los gestos de un trilero. Por cierto, en la primera foto de campaña, además de ostentar un reloj Longines, se coloca la mano tapando la boca. Es el gesto de un mendaz.

Hay una muletilla en el discurso que resulta obsesiva: "Os diré", "os voy a decir", "dejarme que os diga" (ni siquiera "dejadme"). Para mí que se trata de anglicismos. Me extraña, porque los anglicismos suelen introducirlos los que no saben inglés. Lógicamente, el Químico debe de saber inglés.

Alguna afirmación de Rubalcaba resulta sarcástica, por ejemplo esta, muy aplaudida: "Tenemos el mejor sistema educativo del mundo para formar funcionarios". No sé de dónde se ha sacado esa conclusión triunfalista. Será porque él hizo la Logse o como se llame. Por cierto, prometió que, si gana las elecciones, no va a cambiar ninguna ley educativa. Propuso una reformilla léxica: No hay que hablar de "fracaso escolar" sino de "abandono escolar". Me ha dejado pensativo.

Después de más de una hora de discurso, Rubalcaba no nos dijo por qué el PSOE había perdido las últimas elecciones. Es la mejor tradición búlgara. La frase final fue un misterioso voluntarismo: "Hagamos que suceda".

Añado que se equivocan los asesores de imagen al poner el nombre de Rubalcaba con caja alta. Resulta poco atractivo. En mi Facebook hay más críticas sobre la primera imagen de don Alfredo. Baste ahora este comentario de urgencia; de alcance, que dicen los periodistas.

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