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Amando de Miguel

La sociedad amedrentada

¿Por qué esa avidez de consumir, de fundir el dinero? Es la respuesta natural a la sensación de que la vida de uno corre peligro. Realmente el riesgo objetivo, medible, es muy escaso. Sin embargo, lo fundamental es que cunde un temor desproporcionado a la desgracia, el ser víctimas de cualquier desaguisado. Lo que más se teme es lo menos probable: un atentado terrorista, un desastre natural. Por cierto, en España, por el hecho de tener cualquier seguro, uno recibe compensaciones por actos terroristas o desastres naturales. Fue una conquista de nuestro particular Estado de bienestar de los años 40.

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