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Amando de Miguel

Lecciones para hablar bien en público

Hay dos muletillas que poseen un gran atractivo: “a mi juicio” y “dicho lo cual”. Quien las deja caer con naturalidad pasa por instruido. Intercálese de vez en cuando lo de la “pedagogía” para no decir “propaganda”, que suena mal.

Mi función no es aquí la de dar clases de retórica. Mi consejo es que, si quieren ustedes hablar bien en público, deben imitar lo que se estila. Por lo menos, así no desentonarán. Son recetas breves, tomadas al oído de los crisóstomos o picos de oro que destacan en las tertulias, mítines, mesas redondas, desayunos de trabajo y otras ocasiones parecidas.

Hay dos muletillas que poseen un gran atractivo: "a mi juicio" y "dicho lo cual". Quien las deja caer con naturalidad pasa por instruido. Intercálese de vez en cuando lo de la "pedagogía" para no decir "propaganda", que suena mal. Antepóngase el adjetivo "propio" cuando resulte ocioso decirlo; le da mucho empaque a la frase. También da mucho prestigio la voz "icono" cuando no se significa nada relacionado con la imagen.

Quedan muy bien las voces referidas a la arquitectura o la construcción cuando uno no se refiere a esas materias técnicas. Por ejemplo: "estructura, plataforma, base, marco, fundamento, cúpula". Hay muchas más.

Da mucho lustre alardear de cultura jurídica cuando uno no es licenciado en Derecho. En ese caso queda muy bien intercalar expresiones como las que siguen: "todos y cada uno, a las pruebas me remito, a sabiendas, el presunto asesinato".

Lo fundamental es alargar todo lo posible los periodos y las palabras. Solo una pequeña ilustración:

-"más pronto que tarde" (en lugar de "en seguida")

-"poner en valor" (en lugar de "valorar")

-"lo que es" (en lugar de eliminarlo)

-"reforzamiento" (en lugar de "refuerzo")

-"luego después" (en lugar de "luego" o de "después")

Una expresión muy feliz es "estar a la altura de las circunstancias", aunque no quede claro de qué circunstancias se trata. Todavía más culto es decir "estar a la altura", sin saber de qué.

No entiendo muy bien qué es "poner negro sobre blanco", sobre todo ahora que se escribe también con colores. Pero es una frase que queda muy bien. Equivale a escribir, imprimir, manifestar claramente. Ya sé que se emplea en otros idiomas, y quizá sea esa la explicación de su popularidad.

Sin duda, la palabra con mayor prestancia para un orador o discursero es "ámbito". Hay docenas de sinónimos más claros, pero lo de "ámbito" es algo mágico. Una voz parecida es "mundo" cuando nos referimos a los terroristas vascos. Por ejemplo, "el mundo de ETA" quiere decir los terroristas vascos y sus conmilitones o secuaces.

Ya sé que los más puristas me objetarán que lo anterior es un repertorio de falsos consejos. Nada de eso. Lo que quiero es que los libertarios aprendan esas triquiñuelas del lenguaje público para triunfar en sociedad, en política.

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