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Amando de Miguel

Lecturas recomendadas

Muchas veces me refiero aquí a que el habla general de los españoles debe comprender el habla particular de muchas de sus regiones, comarcas y pueblos.

Miguel Palacios Massó se ha jubilado como abogado y ahora está muy contengo de “leer otras cosas distintas al maldito Aranzadi” (= recopilación de textos legales). Quiere volver a recuperar la cultura y me pide que le indique lecturas. De momento, don Miguel, siga usted atento a esta seccioncilla donde se recomiendan algunos libros. Lo mejor es la cantidad de ideas interesantes que aportan los corresponsales.

Carlos Puentes Martín (del colegio mayor Elías Ahuja) me solicita algunos títulos del género autobiográfico para completar las lecturas recomendadas para las Navidades. Tuve yo una beca Elías Ahuja y siempre me resultó simpático ese indiano, amante de la cultura. Añada, don Carlos, un reciente libro de artículos con fuerte carácter autobiográfico: Políticamente incorrecta (Temas de Hoy), de Cristina López Schlichting, comentarista de la COPE. Es una persona comprometida y polémica como hay pocas. Precisamente, la “incorrección política” es asunto que interesa a los “libertarios”. Añado tres libros con materiales autobiográficos míos: Autobiografía de los españoles (Planeta), Cuando éramos niños (Plaza & Janés) y El final del franquismo. Testimonio personal (Marcial Pons). Otro día comentaré el libro de la Schlichting. De momento, me permito recomendar el último librito que yo he publicado: Los españoles y la religión (Random House). Puede tener también algún interés como documento autobiográfico. Es el complemento para interpretar mi novela Nuestro mundo no es de este reino (Algaida).

Manuel de Haro quiere saber si “la lectura de Ortega es acorde a mis creencias [católicas] y qué títulos me recomienda”. José Ortega y Gasset estudió con los jesuitas, pero es un escritor manifiestamente agnóstico. Respeta a la Religión como cultura. Un católico puede aprovechar mucho del talante orteguiano. Recomiendo España invertebrada y sobre todo los artículos de El espectador. Aunque pase como filósofo, Ortega es más bien lo que hoy llamaríamos un comentarista.

A propósito de la recomendación que aquí he hecho sobre los libros que tratan del lenguaje corporal, José Manuel Fernández apunta este otro consejo: Roberto García Carbonell, Todos pueden hablar bien en público (EDAF). Apuntado queda.

Dany Suárez (Chile) comenta que ha leído el Quijote descargándolo de la internet, pero ahora está “un poco aburrido” de ese formato y extraña el “papel”. Tiene razón. El papel impreso y encuadernado tiene un sabor especial, como Sevilla. Don Dany me pregunta: ¿La palabra hay a qué conjugación del verbo haber corresponde? No tiene mayor misterio. Es la única forma de ese verbo cuando funciona como impersonal. “Hay una persona”. “Hay muchas personas”.

Juan Pereira me pide información sobre algún libro que trate de las preposiciones. Ahí va. Emilio Náñez Fernández, Uso de las preposiciones (Madrid: Sociedad General Española de Librerías, 1990). Es muy didáctico.

Sé que los “libertarios” más finos andan a la caza de libros para completar su biblioteca particular sobre el lenguaje. Apunten el nuevo Diccionario panhispánico de dudas. Es completo y a veces enrevesado. Su consulta me exime de dedicar más espacio en esta seccioncilla a cuestiones gramaticales sobre las que no soy precisamente un experto.

Muchas veces tenemos que recurrir aquí al latín nutricio. Se ha reeditado el famoso “De Miguel”, que nada tiene que ver con mi estirpe. Me refiero el Nuevo diccionario latino-español etimológico, de Raimundo de Miguel y el marqués de Morante, editado por Visor. Es una preciosa edición facsímil del original, publicado en 1867. Es una fuente imprescindible para bucear en las profundidades de la lengua común. Contiene un elegante prólogo de Luis Alberto de Cuenca.

Ya de puestos en esta labor profesoral de aconsejar bibliografía, apunten alguna adquisición más. Muchas veces me refiero aquí a que el habla general de los españoles debe comprender el habla particular de muchas de sus regiones, comarcas y pueblos. Un ejemplo excelente puede ser la paciente recopilación del habla de un pueblo zamorano, Ferreras de Arriba. El libro es Mi diccionario imposible de José María Vallecillo Rodríguez (editorial Mayoral). Naturalmente, muchas de las voces peculiares de ese pueblo se emplean en el resto de la provincia y de la región.

Como regalo último para el paladar de los “libertarios” curiosos, apunten este título:Colores atrapadosde José Bárcena (Huerg & Fierro, editores). Es unremake(anglicismo inevitable, a pesar de lo que diga elPanhispánico) de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna. A Pepe Bárcena se le puede pedir un autógrafo en el café Gijón, donde ejerce cumplidamente de maestresala. ¿No es maravilloso?

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