Me resisto a ir a las mesas redondas y demás ceremonias de ese estilo sin entregar mi intervención por escrito. En una de esas tenidas recientes me insistieron tanto que simplemente improvisé mi comunicación. No había que publicar nada. Luego cambiaron de criterio y decidieron publicar las intervenciones. Me han enviado la transcripción de mi parlamento para que lo corrija. Es un horror. Resulta ilegible. El lenguaje oral no es para ser transcrito. Tampoco es cuestión de desplegar un discurso como los de antes. Comprendo ahora el lenguaje de los exámenes y trabajos de los estudiantes. Simplemente escriben como hablan.
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