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Amando de Miguel

Lenguas de España

Mikel Gómez Urkijo se me lamenta porque yo haya escrito su nombre con tilde, cuando "no existe este signo gráfico en vascuence"

Martha Leston me asegura que "los españoles se están complicando la vida con los idiomas" que hablan en su país. Añade un presagio: "España se va a convertir como la India, que hay tantos idiomas y dialectos que para hacer negocios se necesita un traductor para cada lugar". No llegaremos a tanto, pero todo se andará. Claro que también se da la paradoja que nunca en toda la Historia ha habido una proporción tan alta de españoles que hablen español. A pesar de lo cual, efectivamente, vamos a necesitar gastar mucho dinero en traductores dentro de España. Lo peor no es el dinero que se van a llevar los trujamanes sino la pesadez.
 
Un curioso lector que firma como Asesoría J&G asistió a una conferencia mía en Logroño y se quedó sin poder participar en el turno de preguntas, tal era la lista de intervinientes. Así que aprovecha esta seccioncilla para plantearme su pregunta: "¿Qué opina sobre la más que futurible conversión de Canal + (Plus) en una televisión generalista?" En efecto, su predicción se va a cumplir. Es más, mi impresión es que los contribuyentes pagaremos la ingente deuda de Televisión Española para que de esa forma pueda ser vendida por cuatros euros al propietario de Canal + (Plus) o a sus herederos. Naturalmente, antes de esa "operación" habrá que hacer otra más sibilina: prejubilar a la mitad de la plantilla. Eso también lo pagarán los contribuyentes. No importa que exista un flamante Tribunal de Defensa de la Competencia, que más parece defender la incompetencia. Al otro lado del espejo todo está al revés.
 
Mikel Gómez Urkijo se me lamenta porque yo haya escrito su nombre con tilde, cuando "no existe este signo gráfico en vascuence". Pido perdón, pero me tomé la libertad de adaptarlo a la fonética castellana. Después de todo don Mikel se apellida Gómez, y no oculta la tilde. Uno de mis autores favoritos es William of Ockham, a quien suelo llamar Guillermo de Occam, que me resulta más normal y simpático. Por lo mismo me refiero a Renato Descartes (que pronuncio así en castellano, no "Decart"). No hay ningún desdoro para la lengua original. Don Mikel me reprocha igualmente que yo escriba "Ibarreche" y no "Ibarretxe". También me permito aquí la transcripción fonética por respeto al vascuence, ya que el sonido "tx" no existe en castellano. A saber qué pone en la partida de bautismo del presidente de los vascos (y de las vascas). No digo lehendakari (un neologismo) también por respeto al vascuence. Para mí el vascuence no es una lengua exótica, es parte de mi tradición española, y por eso me permito adaptarla al idioma en que escribo. Sólo lo hago cuando hay simpatía o cercanía. Así es la costumbre. Por cierto, sobre la "k" del vascuence haga el favor, don Mikel, de leer a su homónimo y paisano Miguel de Unamuno. Unamuno sabía un rato largo de vascuence y de latín, dos lenguas que tienen muchos puntos de contacto. Me quedo con lo de "el castellano es el latín hablado por los vascos".
 
Jorge HC (Alicante) vuelve a la carga sobre si en castellano se debe decir Alacant o Alicante, o en valenciano Saragossa o Zaragoza. Mire don Jorge, los idiomas de comunicación internacional dejan traducir sus topónimos conforme al uso sin mayores quejas. Así a los que hablamos castellano no nos importa que digan Seville o Saragossa en otros idiomas. Pero las lenguas que no son de comunicación internacional (como el catalán, pongo por caso) se resisten a esa operación. Sus hablantes son melindrosos y están acomplejados. Por eso nos obligan (es increíble que se pueda obligar a una cosa así) a decir Girona. Me parece un ennoblecimiento de la lengua gallega que los coruñeses hayan decidido que en castellano podamos decir La Coruña. Ya lo decíamos sin pedir permiso a nadie, precisamente por respeto al gallego. Si los de Alicante persisten en que en castellano digamos Alacant con su pan se lo coman. Sobre mi lengua mando yo.

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