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Amando de Miguel

Literatura y medios

A mí no me desagrada que haya personas partidarias de que se doblen las películas. Tienen razón en que se pierde información visual si uno se ve obligado a seguir los textos. En esto, como en todo, lo mejor es la libertad, y si es digital, mejor.

Antonio Velázquez (médico militar) critica el empleo de "bajas" en acciones militares como equivalente de "muertos". Sostiene don Antonio que bajas son "los soldados que quedan inutilizados para el combate". Así pues, incluye los muertos, heridos, enfermos, accidentados o desaparecidos. Don Antonio tiene razón. Añado que otro error parecido es el de hacer equivaler "víctimas" a los "muertos" en un accidente, atentado o desastre de cualquier tipo. Las "víctimas" son realmente todas las personas que reciben algún daño por algún suceso extraordinario. Los errores dichos provienen de que en los medios de comunicación son los muertos los que merecen la atención noticiable.

Daniel Ramos Sánchez, a propósito de la confusión entre plantígrados (osos) y palmípedos (patos), aporta un nuevo dato. En el noticiario de Matías Prats se dijo que "un plantígrado había irrumpido en una tienda". La noticia quería decir "un elefante". Añade don Daniel, "es decir, un paquidermo". Si se me permite, propiamente el elefante es un proboscidio. Paquidermos (= de piel gruesa) son más bien los jabalíes o los hipopótamos. De todas formas, en el habla corriente, se dice que los elefantes son paquidermos.

José Díaz Aguado se queda confuso al leer este titular en el ABC del 18-febrero-2006: "Jaén es la provincia con más tasa de jóvenes, aunque en Sevilla y Málaga es donde más hay". Comenta don José: "Si la intención era aclarar, se ha logrado más bien lo contrario". No tengo el periódico delante, pero mi interpretación es que el titular quería decir: "Jaén es la provincia andaluza con la máxima tasa de jóvenes [= proporción de jóvenes del total de la población], si bien en Sevilla y Málaga hay un mayor número de jóvenes en valores absolutos". En el lenguaje periodístico hay que ahorrar palabras hasta el punto de que, a veces, los titulares resultan confusos.

Gonzalo Díaz Granda lee con atención El Mundo (14 de octubre de 2005, edición de Valencia) y encuentra que "un hombre mató a dos personas y presuntamente disparó contra su hijo". A continuación se dan más datos sobre el "sospechoso" y, a renglón seguido, del "asesino", del "supuesto homicida", del "agresor" y del "supuesto autor" de los hechos. Don Gonzalo se pregunta, con razón: "¿En qué quedamos?". Mi interpretación es que ha desaparecido de los periódicos la figura del "redactor de cierre", el que leía el ejemplar entero antes de imprimirlo.

Abel Martín confiesa que le "desagrada profundamente" mi propuesta de que las películas las pasen en versión original con subtítulos. Quizá sea una propuesta un tanto extremosa. Don Abel sugiere algo muy sensato, que se pueda elegir con subtítulos o doblada la voz. A su vez, se debería poder elegir el idioma tanto en el subtítulo como en la voz. Esas facilidades van a ser asequibles dentro de muy poco con la televisión interactiva y otros artilugios electrónicos. Pero no entiendo por qué tiene que resultar "profundamente desagradable" cualquiera de las opciones que uno elija. Por ejemplo, a mí no me desagrada que haya personas partidarias de que se doblen las películas. Tienen razón en que se pierde información visual si uno se ve obligado a seguir los textos. En esto, como en todo, lo mejor es la libertad, y si es digital, mejor.

Enrique Molina quiere saber si el uso y abuso de los SMS (mensajitos de los móviles) por los jóvenes contribuye a que "cometan cada vez más faltas de ortografía, pierdan vocabulario, riqueza verbal y profundidad en la comunicación". Hombre, algo tiene que ver, pero me parece una causa más grave la falta de lecturas. Cuando se inventó la telegrafía (banderas, morse), se pensó que se iba a deteriorar la lengua, pero no fue así. La actual falta de lecturas (cuando paradójicamente apenas hay analfabetos) se debe al desastre del sistema educativo.

José Mª Navia-Osorio, infatigable corresponsal de este corralillo de las palabras, se ha tomado en serio la idea de buscar sonetos con intención en la lengua española. Ha dado con uno de Gaspar Núñez de Arce, diputado de la I República y de la Restauración, en la que se refiere a los males de España del momento. Don José María sostiene que puede aplicarse a la situación actual. He aquí el soneto dedicado "A España":

Roto el respeto, la obediencia rota,
de Dios y de la ley perdido el freno,
vas marchando entre lágrimas y cieno,
y aire de tempestad tu rostro azota.

Ni causa oculta ni razón remota
busques el mal que te devora el seno.
Tu iniquidad, como sutil veneno,
las fuerzas de tus músculos agota.

No esperes en revuelta sacudida
alcanzar el remedio por tu mano,
¡oh sociedad rebelde y corrompida!

Perseguirás la libertad en vano;
que, cuando un pueblo la virtud olvida,
lleva en sus propios vicios su tirano.

Ciertamente, el soneto puede muy bien aplicarse a la situación actual. El único consuelo que queda es que el tiempo pasado fue peor.

Juan José Garaeta Díaz se apunta a recordar algunos sonetos famosos. La primacía se la otorga al soneto de Quevedo "Amor constante más allá de la muerte". Transcribo, emocionado, los tercetos:

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, más tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

La intuición de que las médulas del alma algún día serán polvo, "mas polvo enamorado", es sencillamente estremecedora y genial.

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