Menú
Amando de Miguel

Lo correcto y lo elegante en el idioma

El lenguaje no puede pretender una perfecta claridad. Eso sería muy aburrido. Las palabras sirven también para hacer juegos de palabras.

Se repite la historia. Teresa Pérez me reprocha que utilice la expresión "enfermos paliativos". Ya sé que no es muy propia. Se trata de una apócope de "enfermos a los que se les dan cuidados paliativos". Realmente, habría que decir "enfermos terminales", pero suena mal. Por lo mismo, en esos hospitales de cuidados paliativos no se habla de "muerte" sino de "éxitus", por extravagante que pueda parecer. En los hospitales aborrecen la palabra "cáncer". En su lugar, hablan de "células malignas", como si las pobres tuvieran la culpa.

José A. Martínez Pons asegura que la expresión "primero de todo" procede del catalán o del mallorquín. Puede ser, pero sospecho que en todos los casos viene del inglés ubicuo.

Javier Velázquez me critica la norma que sigo de poner "solo" sin tilde, sea adverbio o adjetivo. Lo vengo haciendo desde hace muchos años para simplificar la norma ortográfica que dice: No llevan tilde las palabras graves que terminan en vocal. Comprendo que puede existir alguna confusión. Don Javier cita una clásica: "He tenido sexo solo dos horas". Bueno, pues en ese caso el contexto suele indicar si el "solo" es adverbio o adjetivo. Lo normal es que no haya confusión. Por otro lado, el lenguaje no puede pretender una perfecta claridad. Eso sería muy aburrido. Las palabras sirven también para hacer juegos de palabras.

Juan Díaz López Canti me echa en cara que, al hablar de los mejores culos de la pintura española (yo decía el de La Venus del espejo de Velázquez y el desnudo de la mujer de Sorolla), me he dejado otro. Don Juan se refiere al "culo del cuadro de la hermana de Salvador Dalí mirando por la ventana". Dalí aseguraba que "era el mejor culo de la pintura española". No estoy de acuerdo, en ese cuadro (muy hermoso), la modelo está vestida. No vale la comparación con los culos desnudos a los que yo aludo. Recuerdo que, a los 18 años, fui a Inglaterra a un campo de trabajo para estudiantes. Al visitar la National Gallery y contemplar La Venus de Velázquez casi me dio un patatús de emoción. Como es sabido, ese cuadro se lo regaló Fernando VII al general Wellington por su contribución a la lucha contra Napoleón. Nunca se expuso al público en España. Por fortuna, la National Gallery es gratis y abre todos los días del año.

Juan Villaro dice que el leísmo y el laísmo suenan horribles a los oídos de los aragoneses, valencianos y murcianos. Pues tendrán que acostumbrarse, pues esa deformación se va extendiendo. También le resulta horrísono a don Juan el dequeísmo. Lo malo es que también hay un queísmo cuando lo correcto es decir "de que". Ese vicio nos llega de América y lo dicen mucho los políticos, especialmente los catalanes. No sé si también tendremos que acostumbrarnos.

Javier Vicuña señala otro vicio muy corriente: considerar que "alma" es masculino. Es claro que se trata de una voz femenina, pues procede de "ánima". Se dice "el alma" porque empieza con la <a> tónica. Comprendo que la regla es un poco confusa. Yo también me lío a veces. En caso de duda lo mejor es poner la voz en plural y así se sabe en seguida si es masculina o femenina. Por ejemplo, las almas, las aulas, las aves, las aguas; pero el alma, el aula, el ave, el agua. Son caprichos de la lengua.

En Sociedad

    0
    comentarios
    Acceda a los 5 comentarios guardados