Ahora se estila adobar los textos que se escriben en el ordenador con un programa que corrige automáticamente la ortografía. El procedimiento puede ser útil, pero se producen también no pocos dislates. Narro una práctica de mis estudiantes. Entre ellos se intercambian apuntes, vista la facilidad con que sacan copias del ordenador y luego fotocopias. Un tema del programa de una de mis asignaturas es “la epidemia de gripe de 1918”. En la práctica se reduce a “la gripe del 18”. Pues bien, el año pasado uno de esos apuntes fotocopiados escribió “la gripe del siglo XVIII”. De esa forma la comentaron no pocos estudiantes en los exámenes. Algunos precisaban “la gripe del siglo XVIII como consecuencia de la primera guerra mundial”. Este último año el error fue mínimo. El ordenador escribió “el grupo del 18” y así lo transcribieron algunos estudiantes en los exámenes. Alguno interpretó que se trataba del “grupo de los que tenían 18 años” con ocasión de la epidemia de gripe. En fin, los disparates a través de las nuevas tecnologías.
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