Menú
Amando de Miguel

Muletillas del habla coloquial

Al de Oviedo le chirría lo de que un equipo de baloncesto gane "de cinco puntos", en lugar de que gane "por cinco puntos". No tiene solución. Por lo mismo que "entrenarse" ya no existe; ahora es "entrenar", aunque sea a uno mismo.

José Antonio Martínez Pons se irrita contra el "tertulianés". A mí me pasa lo mismo, solo que yo soy un tertuliano más y tengo que sufrir los asaltos al idioma común que lanzan mis compañeros. Don José Antonio pone como ejemplo de frase tonta del "tertulianés" lo de "niego la mayor". Naturalmente, suele repetirse cuando no hay silogismo que valga. Para mí que es un truco retórico para que el director de la tertulia te deje enrollarte un ratito más. Si uno niega la mayor es porque anticipa un razonamiento interesante. Bueno, los tertulianos dicen "importante". Otra palabreja del "tertulianés", que provoca la ira del mallorquín, es "priorizar". Comprendo que dé mucho prestigio al que introduce ese palabro, un anglicismo bastante cursi. Puede que lo haya utilizado yo también alguna vez; lo siento. El idioma español, a diferencia del inglés, es reacio a inventar nuevos verbos.

Judith Mckinney (Tarragona) me pregunta qué futuro tiene la expresión "paralante". Es una contracción, o como se llame, del habla coloquial. Realmente se oye decir "palante". Se trata de un vulgarismo un tanto zarzuelero, pero no creo que se imponga en el lenguaje escrito. Por lo mismo, las personas que hablan en público, periodistas o políticos, suelen decir "Partido ´Opular". Por ejemplo, se lo oigo decir todos los días a Carlos Alsina, por otra parte, uno de los mejores cronistas políticos. Doña Judith considera que esa fonética popular acabará por imponerse en el lenguaje escrito o culto. Pone como ejemplo, la voz "murciélago", que empezó siendo "murciégalo". En efecto, así fue, al referirse a un "ratón ciego", como se conocía a ese raro mamífero. Ahora bien, el Diccionario de Covarrubias, coetáneo del Quijote, dice ya "murciélago". En cambio, el Diccionario de Autoridades, coetáneo de Larra, recoge tres versiones: murciélago, murciégalo y murceguillo. Como sabemos, se impuso la primera, quizá porque era más familiar el "lago" que el "galo". Nos hemos olvidado que el mur-muris del latín equivale al ratoncillo.

José María Navia-Osorio se extasía ante los "grados negativos" con que nos obsequian los cronistas del tiempo meteorológico en los partes de la radio o la tele. Quieren decir la temperatura por debajo de los cero grados. Claro que más retorcido es todavía lo de "crecimiento negativo" para disimular que la economía retrocede o se empobrece. Al de Oviedo le chirría lo de que un equipo de baloncesto gane "de cinco puntos", en lugar de que gane "por cinco puntos". No tiene solución. Por lo mismo que "entrenarse" ya no existe; ahora es "entrenar", aunque sea a uno mismo.

Son muchos los correos que se lamentan de otra de las muletillas en vigor: "sí o sí". Es una perfecta tontería, una gracieta para llamar la atención, un ñoñismo injustificado. Pero tiene gancho. Equivale a subrayar que algo se hace a la fuerza, quieras o no, por pelotas.

En Sociedad

    0
    comentarios