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Amando de Miguel

Nociones de gramática

El sonido de la erre es tan peculiar del español como la eñe. Es muy posible que ambos sonidos procedan del vascuence.

José Antonio Uría se queja de que el idioma castellano no goce en España de la protección que tienen las obras de arte o ciertos lugares naturales. Aduce el ejemplo negativo de Telefónica que se permite quitar el acento y "abla" sin hache. Lo cual "da pie a que unos chavales de Buitrago de Lozoya (Madrid) titulen su bar Ya hera ora justo en frente del Ayuntamiento". Supongo que tanto lo de Telefónica (por cierto, un adjetivo; ¿cuál es el sustantivo?) como lo de Buitrago son bromas. Lo malo es que son bromas que contribuyen a fomentar el analfabetismo. Como tantas otras cosas, proceden de los Estados Unidos. Recordemos lo de Toys R us. En ese caso la R se escribe invertida.

Álvaro Pérez Benavente señala que una cosa es hacer de menos (= menospreciar algo o alguien) y otra echar de menos (= notar pesarosamente la falta de alguien o de algo). Está muy bien vista la distinción. Mi experiencia me dice que, en Cataluña y Aragón, en lugar de "echar de menos", se dice "echar en falta"; parece más íntimo.

Otra sutil distinción que comenta don Álvaro: el verbo asolar. Significa dos cosas: (1) "arrasar o destruir completamente un lugar". Procede del latín assolare, es irregular y se conjuga como "cantar". (2) "secar una zona húmeda por efecto del sol extremoso". Es un derivado de "sol" y se conjuga de forma regular, como "amar". Don Álvaro es muy estricto y defiende que es un grandísimo error conjugar el verbo "asolar", en su primer significado, de forma regular. Sin embargo, yo le digo que ese error sería histórico, pero el uso va haciendo que "asolar" se conjugue de forma regular en los dos significados. Por tanto, se impone poder decir "el huracán asola la costa" y "la ola de calor asola los cultivos de fresas". La posible ambigüedad que se deriva de esa decisión es una más de las que distinguen a nuestra lengua. Lejos de ser una tacha, es más bien una gracia. Con todo, sí debe recordarse que "asolar" significa dos cosas muy distintas, aunque emparentadas: devastar y abrasar.

J. Luis Guilmain me cuenta una sabrosa historia:

Un día entré, por curiosidad, en un chat y entre los "chateros" había una chiquita de 20 años que quiso entablar conversación conmigo. Ante su manera de expresarse, con tres faltas ortográficas de media por palabra, me preguntó, con cierta decepción por mis reiteradas correcciones, si yo era cura. Y digo decepción por el patinazo de la chica, porque yo tengo 75 años (pero esto no se lo dije, claro). ¡Pobrecita!

Mi experiencia me dice que algunos jóvenes consideran que las reglas ortográficas son propias del "castellano antiguo". Es como si dijéramos que las reglas del fútbol son las del "fútbol antiguo". Cierto es, pero las dimensiones del terreno de juego o de las porterías son las mismas desde hace siglo y medio; ni siquiera se han traducido al sistema métrico decimal.

Fernando de la Vega Jiménez (Madrid) anota que, en un concurso de televisión, oyó decir "la letra ere" (como en "fresa") o "la letra erre" (como en "ratón" o "perro"). Don Fernando opina que eso es confuso, que no hay más que una letra, la erre. Vamos por partes. Cierto es que solo hay una letra (r), pero se puede representar con el dígrafo rr. Ahora bien, la misma letra puede tener el sonido de ere (simple) o el de erre (múltiple). Si se quiere destacar esa distinción, se puede decir "la ere" o "la erre", pero, en el bien entendido de que no son dos letras distintas, sino dos sonidos diferentes, aunque emparentados. El sonido de la erre es tan peculiar del español como la eñe. Es muy posible que ambos sonidos procedan del vascuence.

Susana Molledo (Bilbao) opina que lo lógico es que el plural de referéndum sea referendums y no referendos o referenda. Bien, las tres variaciones de ese plural pueden ser aceptables. Me gusta más referendos porque, al ser el castellano un idioma romance, bien podemos acomodar el plural del latín (madre nutricia) a nuestros usos. La voz referendums es de difícil y forzada pronunciación. No recuerdo muchas palabras que terminen en –ms.

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