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Amando de Miguel

Noticias de libros

Para ellos y para todos los demás es interesante saber que los artículos de LD que he escrito a lo largo de 2004 van a estamparse en un tomo editado por La Esfera de los libros

Son muchos los lectores que me escriben con la solicitud de obras de consulta que puedan ayudar a la tarea que aquí nos convoca: ajustar mejor la lengua común. Esta semana les recomiendo un librito que acaba de aparecer: Perversiones políticas del lenguaje de Víctor Manuel Arbeloa, editado por el Gobierno de Navarra. Se trata de un florilegio de las expresiones melifluas, eufemísticas, confusas, que ha ido introduciendo el nacionalismo vasco en la parla corriente. Hay que reconocer el éxito del nacionalismo al haber logrado imponer su léxico a la gran mayoría de españoles no nacionalistas. La consulta de ese libro es obligada antes de comentar cualquier cosa sobre las Vascongadas. Como es sabido, ese es tema obligado de cualquier conversación culta entre españoles. El ensayo de Arbeloa está en línea con el libro de Carlos Rodríguez Braun sobre el lenguaje políticamente correcto, que aquí he comentado. Lo “políticamente correcto” empezó como una broma, pero acaba teniendo una gran repercusión ideológica.
 
Un utilísimo libro de consulta es el Diccionario fraseológico documentado del español actual, de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos (Aguilar), que también acaba de aparecer. Es una monumental recopilación de frases más o menos hechas, expresiones coloquiales, modismos populares, que enriquecen nuestro idioma común. Es el complemento natural del Diccionario del español actual por los mismos autores. Vaya trimurti con salero. Estamos ante diccionarios de uso, es decir, basado en fuentes escritas actuales. Es un punto de vista mucho más práctico e interesante que el prescriptivo del DRAE.
 
Son muchos los lectores que me consultan dudas o curiosidades que ya las he tratado en artículos anteriores. No es cuestión de volver a repetir lo dicho. Para ellos y para todos los demás es interesante saber que los artículos de LD que he escrito a lo largo de 2004 van a estamparse en un tomo editado por La Esfera de los libros (Las perversiones de la lengua española). En un par de meses estará rodando por las librerías. Vayan reservando su ejemplar. Será un buen recuerdo para los corresponsales de esta “seccioncilla” y para animar a los que todavía no se han decidido a “emiliar”.
 
Son muchos los diccionarios que existen para las diversas jergas profesionales o locales. Es imposible dar cuenta de todos ellos al faltarme la erudición suficiente. Hay una jerga que sí merece un honor especial, ya que es una peculiaridad del español: el lenguaje de los toros, quiero decir, sobre la fiesta de los toros. Hay dos lexicones útiles. Está el de Andrés Amorós, La lidia (Temas de Hoy), orientado más bien a las biografía de toreros. Es un libro que es propiamente un ensayo, al introducir las opiniones y sentimientos del autor. Hay un diccionario más canónico de la jerga taurina propiamente dicha, el de Luis Nieto Manjón, Términos taurinos, editado recientemente por Espasa. Es increíble la riqueza expresiva que contiene la jerga taurina. Es curioso que prefiramos decir “taurina” y no “toreril”.

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