No entiendo la greguería que se ha armado con lo del número de genes. Que si el hombre tiene solo el doble de genes que una cucaracha o el triple que una lombriz. Bueno, ¿y qué? Como si la inteligencia o la dignidad fueran proporcionales a esas bagatelas genéticas. Se podría argüir que los insectos tienen seis patas frente a las cuatro extremidades del hombre. La superioridad numérica no es una ventaja. El ciempiés no es precisamente el rey de la creación. Con el mismo número de extremidades y de genes la Historia registra hombres egregios y miserables. Cervantes, manco.
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