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Amando de Miguel

Onomástica

El dicho es "Ves menos que Pepe Leche". Al tal Pepe era un lechero de El Viso del Alcor (Sevilla) que vivió a principios del siglo XX. Iba un día infausto por el campo y se cayó en un pozo ciego que estaba sin labrar, o sea, sin brocal.

Decía yo que en algunos refranes y expresiones se aducen algunos nombres que suelen ser ficticios. Así, "el sastre de Campillo" o "más feo que Picio". José Barrio Rodríguez aduce la autoridad del folclorista José María Sbarbi, quien asegura que hubo efectivamente un tal Picio, a comienzos del siglo XIX, que fue condenado a muerte y luego indultado… por feo. La historia está bien traída, pero me parece poco creíble. Pero aquí figura para general recordación.

Edición Economía EFE informa que el nombre de Picio quizá corresponda a un personaje de los carnavales de distintos lugares. Parece ser que se designaba como Picio al político liberal Antonio Alcalá Galiano, reputado por su fealdad según Pío Baroja. Pero seguimos sin saber quién fuera el Picio original.

A veces los nombres propios que se introducen en los dichos tienen su traducción real. Aduce un bonito ejemplo Joaquín Belloso Vargas. El dicho es "Ves menos que Pepe Leche". Al tal Pepe era un lechero de El Viso del Alcor (Sevilla) que vivió a principios del siglo XX. Iba un día infausto por el campo y se cayó en un pozo ciego que estaba sin labrar, o sea, sin brocal. Don Joaquín asegura conocer a los nietos y biznietos del tal Pepe Leche. Sus descendientes conservan el simpático apodo.

Carlos Fraile aporta una interpretación curiosa de la voz fulgencio, que el diccionario deonomástico de Consuelo y Celeste García Gallarín hacen equivaler a "hombre ingenuo o cándido". Añaden esas autoras: "Probablemente se haya tenido en cuenta el efecto onomatopéyico", pero es un argumento que no acabo de entender. Me merece más crédito la versión de don Carlos:

"En Quito hasta hace poco tiempo se decía 'Fulgencios' a los poco inteligentes o instruídos. Esta expresión venía de que en la época colonial funcionaba en Quito la Universidad de San Fulgencio, a cargo de los frailes agustinos, la cual tenía fama de pésima, de dar grados a gente sin preparación, etc. De allí surgió la expresión 'Bachiller de San Fulgencio' para señalar a un tonto y 'Doctor de San Fulgencio' para un tontísimo. Claro está que los agustinos protestaron y se defendieron cuando la fama se cristalizó en denuncia formal".

Gonzalo Díaz Granda precisa una vieja disquisición de este corralillo: "Sofía Loren tiene el apellido Scicolone y no Scicolano y no nació en Pozzuoli sino en Roma, a pesar de que se criara en Pozzuoli. Y Pozzuoli era antiguamente Puzzoli. Vaya usted a saber por qué cambió de nombre, pero aunque quizá sea porque la raíz puzz designa en italiano lo hediondo. Era una colonia griega, rebautizada por los romanos como Puteoli y de ahí que sus habitantes se llamen puteolanos. Decididamente no tienen mucha suerte allí con los nombres". ¡Pues si que lo tienen claro los pucelanos de Valladolid! Por encima de todo, me maravilla el culturón que tienen los libertarios.

Jorge Eixeres (Barcelona) se maravilla que solo tengamos dos nombres propios que son gerundios: Amando y Armando. Se pregunta si existe alguno más y si es tan descriptivo como esos dos. Amandos hay varios. El mío fue Amand, obispo de Mastrique, el apóstol de Flandes, enterrado en la catedral de Bruselas. Quizá no se derive tanto del verbo "amar" como de amande (= almendra). Por otra parte, Armando tampoco es un gerundio del verbo "armar" sino una derivación de un nombre germánico que significa "hombre fuerte" (= hart mann). El Armando más famoso es el protagonista de La dama de las Camelias (1852).

Aránzazu de Miguel se refiere a los nombres propios que en algunos países se ponen según el capricho de los padres. Así, un cliente sudamericano se llamaUsnavy(= U.S. Navy, por el nombre que llevaba escrito un barco norteamericano). Otro se llamaAnisrev, por haber nacido en el día de la Aniversario de la Revolución.

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