Rafa Navarro (Valencia) critica el abuso del verbo montar como equivalente de "subirse" en un coche o avión. "Creo que el verbo montar solo debe utilizarse cuando se monta un équido o similar, así como una bicicleta, motocicleta y derivados". Me parece un criterio demasiado estricto. ¿Qué hacemos, entonces, si el vehículo es una moto acuática, un trineo o un quad? Originariamente se reservó la acción de montar para subirse a una caballería, pero pronto se entendió que una acción parecida era la de subirse a cualquier vehículo. De modo más amplio, montar equivale a poner cualquier cosa (y también animal o persona) encima de otra. Así, un "montadito de lomo" o "montar una reunión". En el lenguaje coloquial se pregunta "¿Cómo te lo montas?", a veces con una ligera curiosidad por la organización de la vida sexual. Después de todo, el caballo monta a la yegua. No creo que los Reyes Católicos pensaran en ese sentido cuando adoptaron el famoso lema de "Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando". Montar es aquí "importar". Seguramente se deriva del sentido enaltecedor que tenía el acto de montar a caballo. El caballero destacaba respecto del estado llano. La dignidad ha estado siempre en la altura. El monte o la montaña suele ser un lugar sagrado, más que el llano.
Ignacio Frías precisa que el verbo descambiar está recogido como coloquialismo en el DRAE. Don Ignacio razona así: "Cuando compras un pantalón, cambias dinero por esa prenda; cuando la devuelves, descambias y repones las cosas a su estado primitivo: el pantalón para el vendedor y el dinero para ti". Estoy de acuerdo. Si acaso, convendría registrar las dos formas de la acción de descambiar: (a) Devuelves el artículo comprado y te reembolsan el precio. (b) Devuelves la compra y sustituyes el artículo por otro similar.
Manuel Tebas se ha topado varias veces con la palabra pindia y no la encuentra en el DRAE; quiere saber qué significa. De momento, hay que salvaguardarla porque es una de las pocas que riman con india. Se trata de un castellanismo que quiere decir pina, inclinada. A mi estudio sube una escalera "pindia", que llaman también "de barco", por su inclinación (45º). La parcela donde se asienta mi casa es "pindia", es decir, ostenta pendientes inclinadas que obligan a hacer bancales o terrazas.
Había solicitado yo aquí la colaboración de los libertarios para resucitar hermosas palabras referidas a prendas de vestir y de adornarse de otros tiempos. Creo que la solicitud está completa después del esfuerzo de Agustín Fuentes. Traslado su estudiado acopio de ese diccionario provisional del vestuario.
- Esclavina: cuello sobrepuesto.
- Miriñaque: enaguas armadas.
- Polisón: armazón bajo el vestido que propiciaba un borujo de tela encima del jopo.
- Impertinentes: anteojos con mango.
- Quevedos: anteojos de pinza.
- Monóculo: un único anteojo que se llevaba aprovechando la estructura orbicular.
- Canotier: el sombrero de paja que popularizó Maurice Chevalier.
- Trinchera: gabardina que tiene su origen en el ejército. Las gualdrapas ad hoc que colgaban de los hombros servían para meter debajo el cañón del fusil cuando llovía.
- Capa: aunque se usa, es poco. A mí me gusta y me gustaría que se usara más, también se llamaba "la pañosa".
- Calañés y catite: sombreros del pueblo llano. El que usaría Curro Jiménez, por ejemplo.
- Calzas: precursoras del leotardo y los pantys.
- Chanclos: sobrezapatos para la lluvia. Yo ahora ya no los veo.
- Hábito: era traje de promesa seglar, sin profesar en orden alguna, creo recordar que entre los más populares estaba el del Carmen. Solía servir también de mortaja.
- Gregüescos: calzones anchos de los siglos XVI y XVII.
- Valonas: como gregüescos, pero también fueron cuellos.
- Jubones: vestiduras ceñidas que cubrían desde los hombros hasta la cintura. Es aumentativo de juba o aljuba, que era una prenda morisca (y me he enterado mientras le daba vueltas a la memoria para este emilio y recurría al DRAE en alguna ocasión. Sus retos crean cultura, don Amando).
- Saya: fue traje talar, pero en algunas partes de España a las enaguas las llaman sayas, es posible que a las faldas largas también.
- Enaguas: se llevaban debajo de la falda, más modernamente eran la "combinación". Pero las enaguas las he visto como faldas en bailes típicos, como el paloteo.
- Refajo: es una falda de abrigo, me da que se llevaba tanto por encima como por debajo de las enaguas.
- Basquiña: debía de ser un a modo de refajo por fuera, una falda exterior para paseo
- Tontillo: faldellín que ahuecaba la basquiña para darle más vuelo.
- Guardainfante: era un tontillo redondo que se usaba en la cintura, debajo de la basquiña, para disimular embarazos.
- Toca: era palabra de uso diverso para varias prendas de cabeza. La más espectacular era la que llevaban las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, ejemplo de caridad cristiana y abnegado amor al prójimo, pero terribles en los tranvías con aquellas inmensas alas.
- Teja: sombrero de canal que usaban los eclesiásticos.
- Sotana: ya casi es prenda obsoleta.
- Capellina: capucho usado por los labriegos para resguardarse de la lluvia.
- Faja: tela que se enrollaba en la cintura, también la prenda antigua de las mujeres con ballenas metálicas.
- Ceñidor / cíngulo: cinturones de cordón.
- Vencejo: cuerda de atar las gavillas que los segadores usaban como cinturón.
- Corselete: prenda femenina que se usaba acordonada sobre el talle. En esto disiento de lo de corpiño que Vd. recoge anteriormente. Para mí el corpiño era exterior y prenda de adorno, mientras que el corselete era la interior, el armazón que contenía las carnes jocundas y que será de tela más recia y con los atados correspondientes. Tampoco veo yo claro que de ahí se derivara el sostén; en tiempos antiguos el tetamen o iba libre como los pájaros o se fajaba, creo yo. Todavía me acuerdo de los privilegios mamarios de Claudia Cardinale en Cartouche, que la vi en hormonal adolescencia y en cine de a 3,50 pesetas la butaca.
- Capotillo: capote o capa corto, hasta la cintura.
- Sayo: prenda holgada sin botones que se llamó baquero para su uso en los niños, abierta por detrás, como las batas de los hospitales.
- Capisayo: mezcla de capote y sayo, así se describía, aunque no me lo imagino.
- Zaragüelles: en el traje típico de la huerta en valencia eran pantalones anchos, parecidos a lo que ahora sería una falda pantalón. En los aragoneses eran los calzoncillos que asomaban por los bajos de los pantalones cortos.
- Velo: tul sencillo o bordado con el que las mujeres se cubrían la cabeza para ir a misa.
- Pañoleta: prenda triangular de adorno o abrigo que se lleva sobre los hombros. A mi abuela se la oí llamar siempre el pico y era de lana tejida con flecos.
Don Agustín me recuerda el origen de mosquear, que es azotar a los marineros díscolos con trozos de cuerda. Es un ejemplo de la riqueza que representa la aparente confusión que supone la confluencia de significados diversos en una misma voz. Mosquear quiere decir espantar las moscas, pero también comportarse con resentimiento frente a otra persona porque la primera entiende que ha sido ofendida. Y luego está lo de azotar a los marineros levantiscos.