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Amando de Miguel

Política, parlamento y palabrería

En contra del apocalipsis del "calentamiento global", nos aproximamos en la Tierra a una nueva época fría. La consecuencia no es menos catastrófica, pues el frío generalizado es más perjudicial que el calor. La polémica está abierta.

Luis Rosado añade su comentario a las pasadas elecciones: "De los 10.35.000 votos que obtuvo el Partido Popular el, al parecer, ya exliberal Rajoy tendrá que ir restando en el futuro a más de uno. Salvo que sea capaz de organizar el congreso de junio con parámetros más democráticos que los de hoy... Si no, milonga y violón". Por lo que se me alcanza, el congreso de Valencia será a la búlgara. Ya va siendo hora de que la democracia se asiente en la organización de los partidos. De momento, toca esperar.

José Mª Navia-Osorio confirma mis sospechas: "Ayer se celebraron en Oviedo las elecciones para nombrar a los diez compromisarios locales [para el congreso de Valencia]... La lista de candidatos estaba encabezada por los concejales de Oviedo... Lo más doloroso fue ver en segundo lugar de la lista electoral a un señor que, en las elecciones de hace cuatro años, fue concejal por el PSOE. Tras enfadarse con su partido, se convirtió en tránsfuga político y se le premió con su inclusión, en las últimas elecciones, en la lista del PP. Como parecía aún poco premio a su traición es ahora teniente de alcalde". Concluye don José Mª: "Tenemos que ir a un sistema de primarias porque la democracia ha desaparecido del partido". Me imagino que, como hay un registro de militantes, sería fácil una consulta para elegir a los equipos dirigentes. Yo añadiría un codicilo: "El equipo que resulta perdedor en dos elecciones seguidas deberá retirar su candidatura para unas terceras."

José Mª Navia-Osorio sigue destilando agudos comentarios sobre las pasadas elecciones de infausta memoria: "Muchos militantes están todavía en la fase de culpar a los electores: 'Sólo quieren ver programas basura de televisión', 'se dejan engañar'. Todavía no se dan cuenta de que si los votantes prefieren a ZP en lugar de a Rajoy es simplemente porque ZP les da más confianza, aunque nosotros pensemos que nos lleva al desastre. Si no somos capaces de convencer al electorado no nos quejemos de que no nos voten. Para ganar hay que ser los mejores y convencer a los demás de que lo somos. Nos quejamos de que no tenemos medios de comunicación para llevar nuestro mensaje. Puede ser cierto si sólo nos molestamos en hacerlo en los últimos tres meses de la legislatura, pero en cuatro años hemos tenido tiempo suficiente para hacerlo. Un partido con 700.000 militantes puede llevar su mensaje a cualquier lado, si se le dirige bien. El PP ha entrado en la fase de despreciar a sus militantes. Le voy a contar un caso: Hace un par de años afilié a un colega, no sé por qué acudió a mí porque podía haberle avalado su padre que es miembro del partido desde hace años. Es un chico joven y con ganas de trabajar, en seguida lo integré en la comisión regional de sanidad. Él estaba muy ilusionado y quiso trabajar más. Se personó en la junta local del partido y se ofreció para lo que fuera necesario. Se ofreció a la secretaria porque no logró hablar con nadie más; desesperado al tercer o cuarto intento escribió una carta al presidente local y alcalde. No tuvo respuesta".

Don José Mª insiste en que, al menos en Oviedo, no hay verdadera democracia interna en el PP. La prueba es que los compromisarios para ir al congreso de Valencia, aunque formalmente elegidos por los militantes, son los que se deciden desde arriba. Con ese sistema, ni siquiera las anunciadas "primarias" van a suponer un verdadero progreso.

Don José Mª vuelve a la carga con lo de los terrores del cambio climático. Su impresión es que el asunto se va a resolver dando dinero a los países pobres para que no se industrialicen. En el entretanto lo primordial es que la gente ande amedrentada. Es lo que sucedió con el temor a la guerra nuclear o con la profecía de Malthus. Está bien visto.

Luis Esparza razona, con datos, que, en contra del apocalipsis del "calentamiento global", nos aproximamos en la Tierra a una nueva época fría. La consecuencia no es menos catastrófica, pues el frío generalizado es más perjudicial que el calor. La polémica está abierta.

Juan Antonio Martínez Pons me envía unas interesantes disquisiciones sobre la diferencia entre conventos y monasterios y aun entre las diversas órdenes, congregaciones y compañías. Acepto que exista tal diversidad, pero lo que importa es que, en todos esos conjuntos, existen unos procesos electorales (con voto secreto) que son muy anteriores a los que inaugura el sistema político democrático.

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