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Amando de Miguel

Psicología de la risa

Me parece que es bueno que compensemos el humor grueso, basto y chocarrero que tantas veces aparece ahora en la llamada telebasura, dicho sea con respeto para la basura.

Hug Banyeres arguye que yo aquí hago un uso inadecuado del término "eutrapelia", puesto que "ante todo es una virtud moral que consiste en la temperancia, o punto medio de la delectación no solo en los chistes o dichos, sino especialmente en los juegos o hechos, las actividades que realizamos para distracción o divertimiento en general, con los amigos o compañeros. Es la modestia en las delectaciones lúdicas. Creo que usted prescinde del sentido moral del término". Bueno, lo de "eutrapelia" lo traigo aquí como una broma para tratar precisamente de lo que se pueda tomar ánimo jocandi, que es mucho en estos asuntos del habla que aquí nos convocan. El Diccionario de Autoridades define la eutrapelia como "virtud que modera el exceso y desenvoltura en las chanzas y juegos festivos, y hace que sean gustosos, entretenidos y no perjudiciales". Esa es la virtud que yo deseo practicar bajo ese rótulo. Me parece que es bueno que compensemos el humor grueso, basto y chocarrero que tantas veces aparece ahora en la llamada telebasura, dicho sea con respeto para la basura.

Antonio García Vilanova me envía una colección de fotografías de la vida cotidiana en la línea del Celtiberia show de Luis Carandell, persona a la que tanto admiré. Describo las imágenes, que se concretan en letreros:

  • Liquidación niños, por la otra puerta.
  • Oferta. Camiseta m/c algodón, colores lisos. Una 6€, dos: 15€.
  • Carnicería. Ignacio el Puta.
  • No estacionar en este lugar ni un segundo.
  • Cerrado por viaje (no es de placer, voy con mi mujer).
  • Aveinte (nombre del pueblo). A su lado limitación de velocidad: 50.
  • (Un comercio cerrado). El rótulo dice: La siempre abierta.
  • (Dos letreros en la misma esquina). Plaza de las libertades. Prohibido jugar a la pelota.
  • Niños 9-14 años pantalón de putilla 24.90 €
  • (Titular de un periódico). Le echan porque iba a cambiar de sexo.
  • (Letrero en un banco). Si la vida sube... ¿Por qué no aprovecharlo? Contrate el depósito que gana a la inflación. (Alguien ha añadido este grafito): Encima te vacilan.


Agustín Fuentes ha explorado el cúmulo de palabras que llevan las cinco vocales. Una de ellas es "eutrapélico". En cambio, no encontró fácilmente nombres de personas con esa condición hasta que cayó en que el nombre de "Amando de Miguel" contiene las cinco vocales.

Miguel A. Taboada, ya se sabe, es el proveedor de humoradas para esta seccionilla. Reproduzco algunas como ilustración del principio en que se basa el humor: el equívoco o polisemia de algunas palabras. Vayan algunas muestras:

Le dice la madre a la hija:
– Hija, dicen las vecinas que te estás acostando con tu novio.
– ¡Ay, mamá! La gente es muy chismosa: una se acuesta con cualquiera y ya dicen que es tu novio.


Una pareja que en la misma noche en que se conocen acaban en la cama.
Al terminar la sesión de sexo, la chica dice:
– Oye, ¿tú no tendrás el SIDA, verdad?
– ¡No!
– Menos mal, ya sería mala suerte cogerlo dos veces en la misma semana.

José Pérez Sanchís envía otro chiste en el que el equívoco resulta todavía más rebuscado y, por tanto, la sorpresa es mayor:

El juez Garzón, en la soledad de su despacho de la A.N., redacta una providencia. El silencio se ve interrumpido por un extraño sonido, alguien chista:
– Chisssss, chissssss.
Garzón levanta la vista de las cuartillas, pero no puede ver a nadie: está solo.
Al cabo de unos segundos, se repite el sonido:
– Chisssss, chissssss.
Perplejo, vuelve a extender la vista por todo el despacho: nada, nadie. Una tercera vez, se repite el fenómeno:
– Chisssss, chissssss.
Se levanta de la silla dispuesto a lavarse la cara y entonces se percata de que el Cristo del crucifijo que preside su despacho le quiere hablar, Garzón le mira y le oye decir:
– ¿Y de lo mío, que?

Una vez más, Miguel A. Taboada nos regala con una abundante provisión de chistes en los que los equívocos disparan la risa:

A un gallego lo atropella un autobús y toda la gente se aglomera alrededor de él. El gallego, delirando, dice:
– ¡Inclínenme, inclínenme!
Y la gente lo inclinaba, pero el gallego seguía gritando:
– ¡Inclínenme, inclínenme!
La gente ya no sabía cómo ponerlo, y el gallego dice:
– Si no hay una clínica, hospitalícenme.
 

El gallego le muestra a un amigo un reloj que le regalaron:
–¡Mira esto! Mira qué reloj me mandó mi primo: da la hora, los minutos, los segundos, la fecha. Tiene alarma, cronómetro, tiene linterna y radio.
– ¡Excelente, Manolo, cuántas cosas!
– Sí, y mi primo me dijo que me podía bañar con él, pero no encuentro el botón para que tire agua.


Se encuentran Venancio y Manolo, pero éste último llevaba un pingüino de la mano, y Venancio le pregunta:
– Oye, Manolo, ¿pero qué haces con ese pingüino?
– Pues naá, que me lo he encontrao, y no sé qué hacer con él.
– Si serás tonto, Manolo, ¿por qué no lo has llevao al zoológico?
– Hombre, pues qué buena idea. Hoy mismo lo llevo al zoológico.
Al día siguiente se vuelven a encontrar, pero Manolo sigue con el pingüino, por lo que Venancio, extrañado, le pregunta:
– ¿Qué ha pasado contigo, Manolo, no habías dicho que llevarías al pingüino al zoológico?
– Hombre, pues lo he llevao, y nos hemos divertido tanto, que hoy nos vamos al circo.

Son muchos los ejemplos del principio, aquí enunciado, de que el humor se desprende del equívoco, esto es, del habla, puesto que hay muchas palabras con más de un significado. Una ilustración más. Javier Vicuña Ruiz recuerda la frase de un locutor de Radio Nacional de España, Eduardo Sancho, al término de una ovacionada representación musical. "Los profesores de la orquesta, puesto en pie, con los instrumentos en la mano... Me refiero a los musicales". Nótese que, cuanto más solemne o formal es la situación, más hilarante es el posible equívoco.

Eduardo Fungairiño me envía un poemita festivo, aun con el riesgo de ser tachado de machista:

En todo humano litigio
no hay remedio.
De no hacer Dios un prodigio,
siempre hay faldas de por medio.
Viuda, casada o doncella,
siempre existe una mujer.
Luego el caso es saber
quién es ella.

No creo que sea machista, sobre todo porque eso del machismo es un invento reciente, y el poemita seguramente tiene muchos años. Don Eduardo sabe muy bien que las penas no deben aplicarse con efecto retroactivo. Por otra parte, en toda causa de machismo siempre hay una mujer querellante y un varón procesado. Luego se cumple lo que dice el poemita.

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