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Amando de Miguel

Rol de afectos

Emilio Vilariño (Facultad de Derecho, Valencia) trata de consolarme por lo del emeritazgo fallido. "Es el nivel de los tiempos: similes a similibus eliguntur". Supongo que se podría traducir por "Dios los cría y ellos se juntan".

Ante la crítica que se me hace sobre mi supuesto radicalismo, Juan J. Palacios se manifiesta así:

Siempre fui un tipo vehemente, no puedo negarlo. Pero sepa que le comprendo perfectamente cuando comenta que se radicaliza. Es el momento de radicalizarse. No queda otra. Otra cosa es que la radicalidad se traduzca en zafiedad, falta de ingenio o falta de educación. Pero si hubo un momento en la democracia en el que estar radicalmente a favor de la libertad y en contra de la dictadura de los "blandi-progres" / "fofo-rojetes" que la amenazan, es ahora. Si hubo un lugar es aquí. De modo que sepa al menos que no está solo. Que otros nos radicalizamos y que, a una escala más humilde, repartimos "estopa" en blogs o en foros según se tercie. Ya no nos dejamos pisar, ya no tenemos complejos. Sé gritar tanto como mis gritones interlocutores progres y no estoy dispuesto a guardar ninguna forma que no se guarde conmigo.

Hombre, lo del radicalismo no tiene por qué ser tan vehemente. Es simplemente volver a las raíces, a los principios, a las convicciones.

José María Navia-Osorio se apunta igualmente a la polémica del radicalismo. Esta es su opinión:

Me llama la atención que en su página de hoy un señor (Javier Javier) le reproche su radicalismo. ¿Usted radical? Entonces, ¿qué seré yo? Pero si en las tertulias usted es de los que tienen la virtud de escuchar mucho y hablar poco (lo malo es lo contrario). En fin, que todo es según el color del cristal con que se mira. Hoy nos aclara más sobre la condición de profesor emérito. Por lo que veo el sueldo es casi testimonial. Da para taxis y algún café. La universidad lo amortiza sólo con que imparta un curso de doctorado y dirija una tesis o un programa de investigación. Si fuera una universidad privada la inversión se justificaría con el prestigio que traería a la casa. Como la universidad pública tiene un mercado cautivo y financiación pública, le importa un pito el prestigio de la institución. Se nota mucho, pero podían disimular.

Continúan goteando los emilios (o ismaeles) a propósito de la decisión de mi Facultad contraria a que yo pueda seguir profesando como emérito. Son de una ternura infinita. No puedo reproducirlos todos, pero sí una muestra para que se vea el interés que despierta estos asuntos relacionados con el intelecto o la cultura. Por lo menos para mí son un estímulo. Conste formalmente mi agradecimiento a todos ellos.

José M. Sexto (Vigo) opina que el rechazo de mi solicitud de emérito "debe considerarse un nuevo galardón en su meritorio currículum, y no se trata de una boutade o de una muestra de simpatía; lo digo muy en serio, puesto que conozco el paño. Del necio (y de los mediocres) la afrenta". Me anima mucho esa reflexión, pero no acabo de ver cómo pueda ser un mérito para mi currículum.

José María Navia-Osorio sigue desgranando lamentos por la iniquidad de mis queridos colegas de la Facul al decidir que yo no pueda seguir profesando. Don José María opina que esos colegas "se retratan a sí mismos. Lo malo es que a usted le dará vergüenza contar en una universidad de prestigio que la universidad española está en esas manos". Cierto es. He ahí el poso de mi zozobra.

Juan de Dios González-Anleo (fuimos condiscípulos en la Universidad de Columbia hace un siglo) se desahoga para que no me ahogue: "Ya es escandaloso, a ti que has investigado, escrito y formado más excelentes discípulos que nadie en la Sociología de este país desdichado e insolente".

Francisco de Javier Barbero y Duque (egresado de mi Facultad y politólogo cosmopolita) comenta: "Me resulta incomprensible que una universidad europea [la Complutense] prescinda de tu conocimiento. ¿Y de qué manera? Mediante el miedo, la cobardía y la traición. No participo, como puedes ver, del análisis [que yo hacía] de que seamos un país dinámico". Aun así me reafirmo en mi idea de que España es un país dinámico y vital. Claro que me viene a la memoria aquellos versos de los textos escolares, dedicados a la ardilla: "Tantas idas y venidas, ¿son de alguna utilidad?". Es decir, lo malo es que se confunde la actividad con el activismo.

Jordi Mas (Barcelona), generoso contrincante ideológico, me regala con un sincero comentario que no tiene desperdicio. Lo copio por extenso para que no se desvirtúe su sentido:

Es evidente que, por sus características personales, le han hecho a su persona la "mala jugada" de no hacerle emérito, que supongo merece por su larguísima trayectoria profesional docente, así como por su larga experiencia y el fondo literario acumulado en sus 120 libros. Yo soy por naturaleza y convicción una persona de izquierdas y me sabe mal lo que le ha ocurrido, pero déjeme que le explique una cosa que a lo mejor a usted le puede ayudar a entender según que actitudes. No quiero, ni me atrevo a darle consejos, pero ya es significativo que, a día de hoy, la política lo pueda todo o casi todo. Usted se ha posicionado actualmente en una dirección muy concreta (supongo que con sus poderosas razones y convicciones), y eso le ha privado, primero, de ejercer lo que le gusta y, segundo, de esa pequeña ayudita de 300 euros, que imagino no serán de vida o muerte dado su estatus. Esto, por desgracia, es el precio que usted ha tenido que pagar. Supongo que si fuese usted de izquierdas a lo mejor la cosa hubiese funcionado de otra manera. No se lo digo como consuelo, ni porque sea su caso; esto en todos los órdenes de la vida suele pasar, en un banco, en una empresa, en diferentes personas y en diferentes lugares. O estás con quien has de estar o no te comes nada, y se lo digo por experiencia.

Imagino que con su trayectoria, sus trabajos en LD, sus apariciones en TV y radio, puedan paliar en parte su frustración, pero si lo que deseaba realmente usted, de verdad, era lo de profesor emérito, entiendo que había que ir con más tiento y mirar más, primero por usted y luego hacer todo lo demás. Consuélese, de que si algún día el PP. gobierna, directa o indirectamente, estará usted en la vida mejor situado, no sé si para lo de emérito pero sí para otras cosas que le puedan gustar. Es ley de vida, o estas de un lado o del otro, y si no has de ser callado y conseguir primero tus objetivos y luego te puedes permitir ciertas frivolidades. No sirve como consuelo pero es una verdad como una catedral. Ánimo, y piense que no es el único a quien le hacen una putada, todo en la vida tiene un precio.

Es admirable el razonamiento de realpolitik que destila don Jordi. Es decir, se interpreta la realidad de modo pragmático, lejos de cualquier principio moral o incluso ideológico. Equivale al famoso comentario cuando alguien es una víctima de un terrorista o de un violador: "Algo habrá hecho".

Paco Cabezas me envía una nota muy emotiva:

Le escribo estas líneas solo para agradecerle lo bien que lo ha hecho, lo hace y lo hará en todo lo que se proponga realizar. Si no lo quieren como profesor emérito ellos se lo perderán. Supongo que todos los que los seguimos ahora lo disfrutaremos más en la tele, en la radio, con más libros, etc. Parte de este país se esta convirtiendo en un nido de gentes sin dignidad y que por hacer criticas a un partido o a un Gobierno creen que pueden dilapidar al contrario. Sea fuerte y siga como hasta ahora, ¡La verdad nos hará libres!, muchas gracias por tener un referente como usted.

Emilio Vilariño (Facultad de Derecho, Valencia) trata de consolarme por lo del emeritazgo fallido. "Es el nivel de los tiempos: similes a similibus eliguntur". Supongo que se podría traducir por "Dios los cría y ellos se juntan".

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