Lo de bajar los impuestos es algo que no convence. Bajan siempre a las circunstancias excepcionales (viuda con hijos discapacitados). Además, bajan unos y suben otros: el catastro, el tabaco, las tasas de los trámites. La verdadera rebaja fiscal es que desaparezcan impuestos enteros. Por ejemplo, sucesiones o patrimonio. Ambos gravan la propiedad, no la producción. Es decir, son injustos a radice. A ver quién es el ratón que le pone el cascabel al gato. A un país turístico como España le interesan más los impuestos al consumo. Cuando los ingresos son altos, son los más equitativos. Suena el cascabel.
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