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Amando de Miguel

Ubérrimos libros libérrimos

Las "comparaciones adverbiales" son las que establecen un contraste metafórico generalmente exagerado y festivo. Suelen ser pequeños monumentos populares al ingenio. Por citar una que no viene en el texto: "Es más basto que un polo de chorizo".

Se acerca el gran puente de mayo, estupenda ocasión para proveerse de abundantes lecturas. Selecciono cinco libros de algunos libertarios particularmente curiosos. Dos palabras acerca de esas obras, cada una de su padre y de su madre.

Jesús Laínz, La nación falsificada (Madrid: Encuentro, 2006). Es una atrevida excursión por la Historia de los personajes que han dado vida al País Vasco y a Cataluña. La tesis del autor es que los nacionalismos imperantes en esas dos regiones han logrado falsificar las biografías de esos personajes que dan lustre a sus respectivas patrias chicas. Aparte de las biografías rectificadas, el libro presenta un ensayito muy jugoso sobre "La falsificación de la historia como arma política". Por si fuera poco, el libro se adorna con unas estupendas ilustraciones de Julen Urrutia. Son de agradecer los libros con estampas. Otro rasgo admirable del autor es su sentido de la ironía.

Juan de Dios Luque y Antonio Pamies (comp.), La creatividad en el lenguaje: Colocaciones idiomáticas y fraseología (Granada: Granada Lingüística, 2005). Se trata de un libro colectivo hecho por y para lingüistas. Contiene trabajos de gran densidad, de esos "papeles" que se presentan en los congresos y sirven para tejer el currículum con el que presentarse a unas oposiciones a cátedra. El lector que sea simple amante de la lengua encontrará aportaciones estimulantes. Me tomo la libertad de señalar la más jugosa: Juan de Dios Luque Durán, "Las colocaciones de cuantificación por comparación: Tradición e innovación en las comparaciones adverbiales". El título puede echar para atrás al profano, pero el contenido resulta comprensible y amenísimo. Las "comparaciones adverbiales" son las que establecen un contraste metafórico generalmente exagerado y festivo. Suelen ser pequeños monumentos populares al ingenio. Por citar una que no viene en el texto: "Es más basto que un polo de chorizo". No estaría mal que abriéramos aquí una carpetilla que recogiera las comparaciones adverbiales más ingeniosas que fueran investigadas por los libertarios. Valen las ocurrencias personales. El ejercicio más típico del intelecto es comparar, aunque una frase hecha sea que "las comparaciones son odiosas". Por eso el castizo pide "perdón por el comparando".

Xavier Pericay, Progresa adecuadamente: Educación y Lengua en la Cataluña del siglo XXI, (Barcelona: Tentadero, 2007). Es una apasionada colección de artículos sobre el problema de las dos lenguas en Cataluña. Se demuestra que se puede ser buen catalán, incluso catalanista, no nacionalista y además escribir castellano con donaire. Lo que aquí se dice sobre la enseñanza y el bilingüismo se puede aplicar a otras regiones españolas.

Blanca Ballesteros, ¿Y si te dejo malherido?, (Burgos: Editorial Gran Vía, 2005). Es la ópera prima de esta fiel libertaria, una colección de relatos cortos que son como cuentas en un collar de coral. Se agradece su decisión de escribir con frases cortas, a veces hasta el escrúpulo azoriniano. También me congratula que internet vaya con minúscula; ya solo le falta el artículo: la internet. Igualmente me conmueve que algunos de los relatos se escriban en primera persona del singular; los hace más verosímiles. Se le puede perdonar a la autora la influencia del inglés que a todos nos empapa. Por ejemplo, la generosa repetición del "yo" y cierto abusos del "aquel", que en español es el demostrativo más borroso. Pero el estilo de los relatos resulta muy atractivo. Espero que la lectura de este librito anime a muchos libertarios a internarse en la floresta de la creación literaria.

José Antonio Caride de Liñán, Mi primera novela (edición del autor, 2006). Otra ópera prima. A pesar de su título, es más un libro testimonial de recuerdos literarios, de testimonios, de crónica de una época gloriosa: la de Isabel II. Va a ser difícil clasificar el género de este libro, que es sobre todo un trabajo de aficionado, de lector impenitente. Animo a muchos libertarios jubilosamente jubilados a que emprendan obras parecidas a la de don José Antonio, con su mismo espíritu evocador, su ingenua curiosidad.

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