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Amando de Miguel

Anónimos famosos

Vargas, era uno que sabía mucho, una especie de precursor de Google. La petición de "averígüelo Vargas" era como decir que algo permanecía en la ignorancia.

Los personajes famosos, celebrados por sus virtudes, no son siempre de carne y hueso. Los hay también anónimos, inventados por el pueblo para dar colorido al habla. Tienen la ventaja de que, sin haber existido, todo el mundo sabe quiénes son. Son tan comunes que pueden ser apeados de la mayúscula y se convierten en sustantivos. Ahí va una lista abreviada:

Bartolo, el de "la flauta" con un agujero solo, en clara alusión pícara por el miembro viril, pero que significa un personaje listo o espabilado.

Benito, el de la purga maravillosa, el remedio mágico que no lo es tanto. Seguramente era un boticario taumatúrgico.

Blas, el "díjolo Blas y punto redondo": un tipo creído y seguro, y por eso admirado.

Cardona, el listo que se libró de la muerte cuando lo perseguían. Seguramente hubo un vizconde de Cardona en el siglo XIV, pero quizá el "más listo que Cardona" sea un ente de ficción popular.

Carracuca, fue siempre el prototipo del individuo tonto, feo y despistado.

Catalina, es la de "que si quieres arroz, Catalina", para indicar la tozudez de quien rechaza las dádivas.

Fernando, era otro boticario como Benito. Se decía "la purga de Fernando, que desde la botica está obrando".

Juan Español, es el español medio, algo así como el tío Sam de los americanos.

Juan Lanas, es el hombre apocado, débil y que se deja engañar.

Juan Palomo, es la persona extremadamente individualista. Se dice así para componer el ripio "yo soy Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como".

Lepe, Lepijo y su hijo, eran tres que se pasaban de listos.

Manolo, era el madrileño castizo, del Avapiés, arrabal donde en su día residían los judíos. Se suponía que los judíos ponían a algún hijo el nombre de Manuel.

Maricastaña, es un personaje mítico de un tiempo inmemorial.

Maruja, es la mujer talludita dedicada al hogar y que lo sabe todo de los famosos del corazón.

Pepa, fue la Constitución de 1812 por haberse promulgado el 19 de marzo (San José). El grito de júbilo y esperanza fue "Viva la Pepa y el pan a dos cuartos". Es lástima que la Constitución de 1978 no haya sido "la Purísima", por haberse promulgado en torno a la fiesta de la Inmaculada (8 de diciembre).

Perico de los Palotes, era una persona inculta y vulgar.

El tío Paco, era el que venía "con la rebaja", en el sentido de poner las cosas en su punto, en un punto fatalista.

Picio, fue el hombre más feo del mundo.

Rodríguez, sigue siendo (pero menos) el marido que vive lejos de su familia en el mes de vacaciones.

Sursuncorda, fue un personaje ficticio sumamente empingorotado.

Vargas, era uno que sabía mucho, una especie de precursor de Google. La petición de "averígüelo Vargas" era como decir que algo permanecía en la ignorancia.

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