La claridad con la que siempre se ha expresado Alejandro Sanz a la hora de criticar al régimen de Hugo Chávez le ha costado varios disgustos. Ejemplo de ello fue que se le vetara la entrada en Venezuela para ofrecer un concierto. Al caudillo rojo le gusta esto de prohibir que personalidades de distinto tipo entren en su país o, si han logrado hacerlo, expulsarles. También han sido víctimas de este tipo de medidas el ex presidente polaco Lech Walesa y el actualmente periodista de esRadio y entonces eurodiputado Luis Herrero.
Ahora, el chavismo actúa contra el cantante a través de internet. Los cobardes "ciberactivistas" del caudillo venezolano no han dudado en difundir por twitter falsas declaraciones de Alejandro Sanz y en amenazar a los seguidores del artista español. Sin embargo, la versión en la red de las siniestras "guerrillas comunicacionales" de Hugo Chávez (formadas por adolescentes) no han logrado acobardar ni silenciar a la más conocida de las víctimas de sus acciones, que ha respondido con claridad.
En realidad estas "ciberguerrillas" chavistas tienen poco de novedosas y copian el modelo puesto en marcha por el Gobierno argentino del matrimonio Kirchner. En el caso del país austral tampoco se han molestado en disimular: el jefe de Gabinete de la presidenta ha llegado a prometer apoyo económico a los activistas que pululan en redes sociales y blogs insultando y desacreditando a todos aquellos que critican a sus jefes. Pero ni tan siquiera en este caso estamos ante una idea original.
El kirchnerismo, y ahora el chavismo, ponen en práctica en internet una estrategia de intoxicación y propaganda practicada desde hace tiempo por el régimen comunista de Cuba. El castrismo, que impide que los cubanos puedan acceder libremente a la red, tiene todo un ejército de jóvenes afines al régimen que, por fidelidad a la tiranía o a cambio de privilegios, saturan todos los foros y redes sociales con mensajes en defensa de los ancianos dictadores Castro y divulgan mentiras sobre la oposición. A esto se une que, ante el éxito de las bitácoras independientes, el comunismo cubano respondió con la puesta en marcha de decenas de bitácoras en las que sus fieles tratan de lavar la imagen de la dictadura y ensuciar la de los disidentes interiores y en el exilio.
Alejandro Sanz es, por tanto, víctima de una estrategia ya muy ensayada por las tiranías y los populismos iberoamericanos. Sin embargo, tanto el chavismo como el kirchnerismo y el castrismo están llamados a fracasar en este terreno. Ninguno de ellos comprende que la red es libertad y que, por tanto, no puede ser sometida mediante "cibermatonismo".