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Antonio José Chinchetru

Chávez "echa un cable" a los Castro

El cable que Chávez está echando a los Castro no va a significar nada para la inmensa mayoría de los cubanos. Para ellos, internet seguirá siendo algo vetado.

El caudillo venezolano lleva "echando un cable" a los hermanos Castro prácticamente desde que llegó al poder. Hasta ahora lo ha hecho en sentido figurado, ayudándoles en todo lo que ha podido (incluyendo el regalo de ingentes cantidades de petróleo), pero ahora se puede decir que lo hace de forma literal. El régimen de Hugo Chávez ha comenzado a tender el hace tiempo anunciado cable submarino que conectará Venezuela con Cuba para proporcionar conexión de internet a la isla caribeña. Aunque los tiranos de ambas repúblicas caribeñas son anticapitalistas no les ha quedado, eso sí, más remedio que confiar la labor a la compañía privada francesa Alcatel-Lucent.

Gracias a esta infraestructura, Cuba tendrá acceso a internet a una velocidad hasta ahora imposible en la isla. Sin embargo, esto podría haber ocurrido mucho antes. El cable que se empieza a tender ahora para conectar a ambos países se anunció en junio de 2008 (se han tomado dos años y medios para ponerse manos a la obra), pero poco antes el Gobierno de EEUU había ofrecido al régimen de Castro tender uno desde Florida. Por supuesto, el régimen comunista rechazó la propuesta de su vecino del norte, puesto que este pedía a cambio que se iniciara un proceso de apertura política. Y esto, claro está, es algo que no contemplan los longevos dictadores que martirizan a los cubanos desde hace más de medios siglo.

Así pues, Cuba podrá al fin tener un internet de mayor velocidad que hasta ahora sin que el régimen comunista tenga que dar ningún paso aperturista. Es más, ya se ha anunciado que la nueva infraestructura no va a significar que se universalice el acceso al ciberespacio. La conexión a la red seguirá siendo un privilegio reservado a determinados funcionarios, académicos y personas que obtengan el preceptivo permiso gubernamental. El resto de los cubanos tendrán que conformarse con seguir acudiendo a unos cibercafés que están controlados por el régimen y cuyos precios resultan prohibitivos para la mayor parte de los habitantes del país. Y, por supuesto, seguirá sin existir una navegación libre. Una gran parte de los contenidos existentes en la web seguirán sometidos a filtrados y bloqueos permanentes por parte del régimen.

Pero incluso aunque permitieran el acceso a internet sin tener que pedir permiso gubernamental, cosas que ya han advertido que no van a hacer, la mayor parte de los cubanos seguirían sin poder conectarse desde casa. La razón es muy sencilla y radica en el último tramo de la conexión hasta el hogar. En Cuba es necesario obtener una autorización de las autoridades para disponer de teléfono en casa, y sin teléfono no hay internet. De hecho, gracias a la mezcla de control social e ineficiencia del régimen comunista, la red de telefonía cubana es menor ahora que hace dos décadas y las infraestructuras están en peor estado en la actualidad que cuando Fidel Castro se hizo con el poder.

El cable que Chávez está echando a los Castro no va a significar nada para la inmensa mayoría de los cubanos. Para ellos, internet seguirá siendo algo vetado. Lo único que queda por saber es qué excusa inventará ahora el régimen comunista para seguir prohibiendo el acceso a la mayor parte de la población, puesto que la excusa de la falta de este tipo de infraestructura ya no va a resultar creíble ni para sus más entusiastas palmeros.

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