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Antonio José Chinchetru

Con esa gente, nunca se sabe

La mala fama de los privilegiados de los derechos de autor seguirá creciendo día a día. Antes o después el coste para el PSOE será mayor que los beneficios que obtiene del apoyo de ciertos cantantes, actores y directores.

Los testimonios de ex inspectores de la SGAE publicados recientemente no han hecho sino confirmar lo que muchos pensábamos. Dado que desde esta misma columna hemos denunciado en más de una ocasión las formas de actuar de esta "sociedad", en ocasiones me han llamado conocidos propietarios de comercios para comentarme el acoso al que les estaban sometiendo los empleados de la organización de "Teddy" Bautista.

Como la más conocida de las entidades de gestión ha actuado siempre con un sentimiento de total impunidad, han llegado incluso a acosar a destacados miembros del sector de la sociedad con el que la mayor parte de los españoles teme enfrentarse. Uno de esos comunicantes a los que me refería antes es un destacado político en su comunidad autónoma. Ante lo insoportable de la situación, él y su mujer desistieron de continuar con el establecimiento que tenían y lo dejaron totalmente en manos de su socio.

La prepotencia y los comportamientos poco dignos de imitación se han convertido en la marca de la SGAE. El acoso a pequeños comercios de todo tipo, desde bares a tiendas de informática, pasando por autobuses de transporte escolar; las múltiples declaraciones de sus representantes insultando a todo aquel que osa criticarles o, incluso, las amenazas al principal partido de la oposición con tomar "buena nota" por estar contra el canon, forman parte de su catálogo de actuaciones. Algunos de sus dirigentes llegan incluso a tener comportamientos menos gratificantes aún.

Hace algún tiempo, un columnista muy crítico con la entidad de Teddy Bautista recibió un curioso mensaje a través de un compañero de trabajo poco después de cambiar de empleo para ser jefe de prensa en un sector que nada tenía que ver con los derechos de autor. Lo que le dijo ese intermediario, que actuaba de forma inocente, fue algo parecido a esto: "He comido con un amigo que es directivo de la SGAE y me ha pedido que te diga que saben donde trabajas ahora". Desconocemos la identidad del autor del peculiar aviso. Su objetivo está abierto a interpretación, pero nos tememos que no era simplemente informativo. Por cierto, el periodista en cuestión sigue escribiendo artículos contra esta entidad cada vez que lo considera adecuado.

Lo que más teme la entidad de Bautista es que su mala imagen siga creciendo. Durante mucho tiempo consiguió mantener una sorprendente fama positiva, que comenzó a quebrarse con la extensión del canon a los CD y que ahora prácticamente ha desaparecido. Sin embargo, todavía no ha llegado a un punto de impopularidad tal que la defensa de sus intereses tenga un coste electoral para el PSOE. De hecho, este partido valora de forma muy positiva un apoyo de muchos cantantes y personajes del cine que podría desaparecer si pusiera los derechos de los ciudadanos por encima de la protección y ampliación de los privilegios de la SGAE y otras entidades de gestión.

Pero la mala fama de los privilegiados de los derechos de autor seguirá creciendo día a día. Antes o después el coste para el PSOE será mayor que los beneficios que obtiene del apoyo de ciertos cantantes, actores y directores. Ese día, si es que antes no se produce un cambio de gobierno que adelante los acontecimientos, se terminará el chollo de la SGAE.

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